El pasado 10 de mayo, el Gobierno anunciaba la destitución de Paz Esteban como directora del Centro Nacional de Inteligencia como cortafuegos por el espionaje a líderes independentistas, el CatalanGate. Durante los días previos al cese, en el seno del ejecutivo liderado por Pedro Sánchez se debatió bastante cuáles eran las posibles soluciones que podían plantear para intentar parar el escándalo y también para evitar la erosión de la relación con ERC. Ahora ha trascendido que, días antes que fuera relevada de su cargo, a Paz Esteban le propusieron otra manera de irse del CNI: que dimitiera. Según explica El Independiente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, instó a la entonces directora de los servicios secretos españoles a renunciar a la posición que tenía para parar la hemorragia.
La información señala que esta vía que planteó Robles fue a instancias del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el objetivo de evitar una destitución que, con el paso de los días, iba ganando peso, dado que no se contemplaba que otras personas asumieran la responsabilidad política de haber espiado a 65 personas del entorno del independentismo. Cuando el ejecutivo comunicó que Pedro Sánchez y Margarita Robles también habían sido espiados —más adelante se sumó Fernando Grande-Marlaska—, la consigna era clara: que toda la culpa recayera en la jefa del CNI. Ante la petición de Robles, Esteban se negó porque consideraba que todo lo que había hecho era "siguiendo el marco legal" y contando con "autorización judicial", en este caso, del juez de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Pablo Lucas.
Margarita Robles también fue la encargada de comunicar este no de Paz Esteban a una dimisión a Pedro Sánchez. A partir de aquí, es cuando el Gobierno hizo público que el jefe del ejecutivo y la ministra de Defensa también habían sido espiadas y el terreno para la destitución se allanaba. De hecho, el diario explica que, cuando Esteban compareció el 5 de mayo en la Comisión de Secretos Oficiales, ya era conocedora del hecho de que tenía los días contados al frente del Centro Nacional de Inteligencia y que de manera inminente sería relevada del cargo.
La destitución del 10 de mayo
En la Comisión de Secretos Oficiales, Paz Esteban explicó que los servicios secretos habían espiado a 18 personas vinculadas al independentismo con autorización judicial, entre los cuales destacaba el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y parte del entorno del president en el exilio, Carles Puigdemont. Sin embargo, quedaron muchas incógnitas por resolver. Cinco días después, el Consejo de Ministros tomó la decisión de destituir a Esteban y la reemplazó por Esperanza Casteleiro. En una comparecencia posterior, Margarita Robles quiso matizar el término: "No hablemos de destitución, yo diría sustitución de una funcionaria del Centro por otra funcionaria del CNI". Durante la rueda de prensa, la ministra de Defensa elogió la tarea llevada a cabo por Paz Esteban y restó importancia al espionaje: "En este mundo vivimos ciberataques y hay deficiencias y errores en todas partes".