Miquel Roca al lado de Unió; el exprimer secretario del PSC, Raimon Obiols, promoviendo la propuesta federalista; Joan Herrera intentando reconducir los patinazos de Pablo Iglesias... Las candidaturas empiezan a recurrir al fondo de armario –algunas remueven hasta profundidades abismales– y la campaña va adquiriendo unos tonos vintage con curiosos compañeros de viaje.
Roca, exsecretario general de CDC y rival encarnizado de Josep Antoni Duran i Lleida cuando compartían coalición, ha aprovechado el Fórum Barcelona Tribuna de La Vanguardia para expresar su “confianza e ilusión” en que Unió consiga sus objetivos. De música de fondo podrían haber sonado las maracas de Antonio Machín al ritmo de Corazón Loco, porque, con la misma contundencia con que Roca ha expresado su apoyo a Espadaler, también ha dejado claro que no tiene ninguna intención de renunciar a su carné de CDC.
La irrupción de Obiols en campaña no ha contado con el ambiente de bodorrio que aportan al Barcelona Tribuna los salones rococó del Hotel Palace. La suya ha sido una intervención en el Colegio de Periodistas ante unos botellines de agua. Hay que recordar que Obiols no ha destacado nunca por una alegría desbordada y que tampoco el tiempo le ha proporcionado mayor efervescencia. Según su opinión, la victoria de Junts pel Sí provocará un “colapso de la gobernabilidad” mientras que una segunda posición para Ciutadans representaría “un triunfo póstumo de Lerroux”. Todo ello, le lleva a pedir el voto para aquel PSC que hace 20 años lo defenestró sin contemplaciones.
Atizarse entre ellos
Catalunya Sí que es Pot no ha tenido que zambullirse tan profundamente en el tiempo para buscar refuerzos. Se ha limitado a retroceder unas semanas atrás y recuperar a Joan Herrera, líder de ICV en el Parlament en las últimas legislaturas. Herrera ha salido a defender a Pablo Iglesias después de las acusaciones que ha recibido tanto de Junts pel Sí como de la CUP tras su apelación a los catalanes de origen extremeño y andaluz. El ex cabeza de lista ecosocialista comparece en campaña justo en el momento en que provocan no pocas ironías en las redes sociales la forma cómo el líder podemita ha eclipsado al candidato Lluís Rabell.En el trasfondo de estos movimientos se intuye la profunda incertidumbre sobre el reparto de posiciones entre los formaciones minoritarias. Ninguna encuesta duda de la victoria de Junts pel Sí –mayoría absoluta aparte. Lo que ya no está tan claro es como se repartirá el pastel en los siguientes peldaños. Y la batalla se ha desatado sin contemplaciones.
El cabeza de lista del PP, Xavier García Albiol, lo expresa con meridiana claridad. Sus intervenciones son un llamamiento directo y explícito a votantes socialistas y nacionalistas moderados. Apela con la misma contundencia a la gente que hace tiempo que no vota como a los simpatizantes de Ciutadans, que ahora se sienten abandonados por la marcha de Albert Rivera a Madrid.
La campaña aborda pues un debate curioso, en el que los partidos contrarios a las dos formaciones soberanistas, en lugar de concentrar sus embestidas contra el discurso secesionista, se dedican a atizarse entre ellos.