Menos de veinticuatro horas depués de ser destituida por Santiago Abascal, la hasta ahora portavoz de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, ha presentado la renuncia a su escaño y ha entregado el acta de diputada, apartándose así de la primera línea política. Así lo ha anunciado Monasterio en una rueda de prensa, en la que ha recordado que "el de Vox Madrid era el único Comité Ejecutivo Provincial que quedaba en España votado y dirigido por todos sus afiliados" y ha puesto énfasis que estos afiliados "componen al grupo más numeroso de todo Vox". En este sentido, Monasterio ha añadido que "el secretario y el presidente tienen la potestad de nombrar a dedo al siguiente comité ejecutivo de Vox Madrid, gracias a las sucesivas enmiendas que se han ido presentando de nuestro estatuto", ha asegurado.

La dirección de Vox, en cuestión

Rocío Monasterio ha asegurado que no tiene ninguna confianza en la dirección del partido. En relación con la elección "a dedo" de su sustituto "deja en el olvido la democracia interna de los partidos" que al principio se defendía en Vox. “A la vista está que hoy no soy la persona de confianza del secretario ni del presidente, me parece lógico y honesto entregar mi acta de diputada, cosa que formalizaré ahora mismo en el registro”, ha afirmado. “La política para mí ha sido siempre un acto de servicio a España y a los españoles. Lo he afrontado con un sacrificio de mi comodidad personal, de horas con mis niños, de tiempo con mi familia, de renuncia a mi trabajo, para intentar aportar algo a la sociedad y no como un puestecito del que vivir eternamente".

Así pues, Monasterio devuelve a la actividad privada donde, según ha ironizado, hará "más vivienda" que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su trabajo como arquitecta superior colegiada "con la satisfacción de haber contribuido a los avances del partido desde su fundación, cuando las cosas eran difíciles, cuando el espíritu de todos era limpio y cuando el partido destacaba por la solvencia de muchos de sus miembros". Y ha concluido "lo más importante, gracias a todos los que alguna vez nos votaron, en nuestras bases, a nuestros afiliados, a nuestros voluntarios y a tantas personas que alguna vez confiaron en nosotros. Servir ha sido un honor. Muchas gracias".

Rocío Monasterio era una de las pocas fundadoras de Vox que todavía ocupaba un cargo en el partido. Su cese se suma en las salidas de otros pesos pesados del partido que se han marchado desencantados con la gestión actual de la cúpula o arrinconados por la dirección, entre ellos, Iván Espinosa de los Monteros o Macarena Olona.