El expresidente del Parlament, Roger Torrent, ha celebrado el documento que firmaron este viernes el Gobierno y el Gobierno y asegura que tiene que permitir "una negociación política con garantías que se respetarán los derechos democráticos a fin de que no se repitan nuevos episodios de represión como los que se han vivido los últimos años contra el movimiento independentista". Así lo ha dicho este sábado en el inicio de campaña en Sant Cugat del Vallès, que lleva el nombre "Prou repressió. Amnistia, justícia i reparació", durante la cual los miembros de ERC han defendido que la "mejor solución" a todos los procesos de represión es alcanzar la amnistía. Una decena de miembros de la plataforma Anti-Represiva de Barcelona han intentado boicotear el acto con gritos e insultos, pero el acto ha continuado.
"Lo que conseguimos ayer es poner las bases metodológicas de cómo se tiene que desarrollar la negociación política y, al mismo tiempo y por primera vez, por escrito, que haya garantías que la negociación se hará con unos mínimos de respeto de los derechos democráticos", ha afirmado Torrent durante el acto. "Y a nosotros nos parece que es la mejor vía para defender la amnistía y la mejor solución a todos los procesos de represión" por parte del estado español, ha añadido. Según el conseller la represión ha demostrado tener "múltiples caras" y no solo la judicial y la prisión, sino también el espionaje masivo, llegando a niveles que un tiempo atrás nadie habría imaginado. De esta última cuestión, ha reclamado que hay que denunciarlo internacionalmente.
Persecución política
De acuerdo con su experiencia como expresidente del Parlament, el conseller d'Empresa ha denunciado que la persecución política ha afectado a los miembros de la antigua Mesa del Parlamento, y en consecuencia, también al conjunto de la institución por querer debatir sobre la independencia de Catalunya. "Por aquello seremos juzgados en octubre", ha recordado, añadiendo que los tribunales "han coartado la capacidad de hablar de un Parlamento, un hecho inaudito que no pasa a ninguna democracia consolidada". En el acto también estaba la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, quien ha compartido su experiencia. El 20 de septiembre del 2017 era directriz de Servicios en el Departamento de Economía y la policía la detuvo en casa a raíz del registro policial que también se estaba haciendo a la conselleria. Durante el acto ha explicado la incertidumbre y el miedo de ir a la prisión que sintió los siguientes años.
Por su parte, la alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mireia Ingla, ha afirmado que una "democracia no puede aceptar que en un país haya personas perseguidas y represaliadas". Ingla recibió el pasado mes de marzo un auto del juzgado contencioso número 10 de Barcelona, donde se le avisaba de que tendría que pagar 500 euros semanales de su patrimonio si no retiraba los lazos amarillos y carteles independentistas de las ventanas del Ayuntamiento. Hacía unos meses que ya habían retirado de la fachada una pancarta a favor de la libertad de los presos políticos a raíz de una denuncia de Ciudadanos. Sin dar detalles sobre el caso, la alcaldesa ha hecho un llamamiento a seguir denunciando la represión y a concienciar a "todos los demócratas de que eso no puede pasar".
Boicot al acto
Durante el acto, una decena de personas de la Plataforma Anti-Represiva de Barcelona lo han intentado boicotear interrumpiendo con gritos acusándolos de solo representar y defender "los suyos represaliados". A su perfil en las redes sociales detallaban que el objetivo del acto era señalar a los "responsables de los miles de encausadas por la Generalitat" y amenazan con nuevas acciones. La incursión de este grupo ha durado solo unos minutos donde ha destacado la tensión verbal, pero después el acto ha continuado sin ningún incidente y con la presencia de agentes de Policía Local y Mossos. La Vicesecretaria General de Derechos, Libertades y Lucha Anti-Represiva, Marta Vilaret, que ha hecho de moderadora del acto, ha lamentado la situación. "Es muy absurdo que diferentes represaliados nos enfrentamos entre nosotros porque los represores ríen mientras hacemos eso", ha dicho.