Sobre la mesa de la consellera de Economía, Alícia Romero, está la patata caliente del Govern de Salvador Illa, la nueva financiación. Y, como no podía ser de otra manera, el nuevo modelo se ha convertido en uno de los protagonistas de la comparecencia de la consellera este lunes en la comisión de Economia del Parlament. La intervención, además, se ha visto precedida por unas declaraciones de la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, que ha insistido, como ya hizo el martes pasado, en que la prioridad del ejecutivo es ahora acordar los nuevos presupuestos y no la nueva financiación. También esta mañana, el presidente español, Pedro Sánchez, había asegurado ante los diputados del PSOE que el nuevo modelo de financiación será el mismo para todos los territorios.

Aunque en su comparecencia la consellera ha reiterado el compromiso del Govern con el acuerdo cerrado con el partido de Marta Rovira, Esquerra ha aprovechado el debate en comisión para advertir a Romero sobre cualquiera posible retraso en el cumplimiento del pacto. "Se nos hace muy difícil imaginar cómo pueden avanzar con los presupuestos de la Generalitat sin que la financiación también avance. Retrasar la financiación es retrasar los presupuestos", ha advertido al diputado Albert Salvadó. El diputado republicano ha puntualizado que el gobierno del PSC no tiene que mejorar el sistema de financiación, sino que "solo tienen una mayoría para desplegar el pacto firmado por un concierto solidario". "Si no se consiguiera habrá dificultad para conseguir nada más", ha remachado.

Tozudamente

La consellera ha evitado entrar en concreciones, como también ha evitado etiquetar el modelo de financiación pactado con ERC, más allá de describirlo como singular. Ha asegurado que se trata de una financiación que se inspira en el Estatuto del 2006 y que el Govern trabaja "tozudamente" con la voluntad de sacarlo adelante. Además, según Romero, es un buen momento por abordar la nueva financiación porque hay en Madrid un "gobierno que está pendiete, que enfatiza".

La titular de Economia, sin embargo, también ha querido dejar claro que el nuevo modelo de financiación no será fácil. Ha recordado que la Agencia Tributaria de Catalunya tendrá que recaudar, inspeccionar y liquidar los impuestos de Catalunya, "todos", y que hoy la ATC tiene solo 874 trabajadores, que ha comparado con los 950 que tiene la Diputación de Barcelona. "El reto que tenemos es gigantesco", ha enfatizado. Según el acuerdo, el 2026 la Generalitat deberá gestionar el IRPF de los catalanes.

La consellera también ha querido salir al paso de los recelos que ha levantado la propuesta en otras comunidades y ha advertido que cuando se puso en marcha el actual modelo el Estado aportó más dinero al sistema, con lo cual todo el mundo recibió más fondos. "Cuando en Catalunya va bien, España va bien", ha remachado recuperando una vieja máxima socialista.

Junts y el concierto

El portavoz de Junts, Toni Castellà, ha anunciado que hará una "oposición de guante de seda pero puño de hierro", pero ha evitado entrar en el cuerpo a cuerpo que había protagonizado este lunes el diputado Josep Rius con el conseller de Presidència, Albert Dalmau. Castellà ha asegurado que sus diputado apoyarán el nuevo modelo de financiación si se trata de un concierto económico, pero no ha escondido el escepticismo, después de escuchar las declaraciones de Pedro Sánchez. "¿Les ha desautorizado? ¿O era un pacto engañoso?", ha interrogado a la consellera, a quien ha reprochado repetidamente la herencia que los dos tripartitos dejaron en Catalunya y le ha recordado que con 42 diputados no puede hablar de estabilidad al gobierno.

Desde el PP, Míriam Casanova, ha pedido que antes de pactar un nuevo modelo de financiación se haga una auditoría completa de las finanzas del gobierno, mientras que David Cid, de los comuns, ha reclamado valentía y pedagogía a Romero porque Catalunya necesita una nueva financiación.