Todo ha salido según el guión previsto por los tribunales. Pocos minutos después de las diez de la mañana de este lunes, el senador electo por Esquerra Republicana y preso político, Raül Romeva, ha entregado las credenciales y ha recogido personalmente su acta en la Cámara Alta. Hasta allí ha llegado desde el centro penitenciario de Soto del Real, fuertemente escoltado por la policía española, que no le ha perdido la pista en ningún momento. No se le ha permitido hablar con la prensa, más allá de intercambiar un "buenos días" con los periodistas. Solo abrazar a sus compañeros senadores. Los trámites han durado poco más de cinco minutos. La escena se repetirá este martes con la sesión constitutiva de las Cortes.
La sala segunda del Tribunal Supremo autorizó el pasado viernes que los diputados Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, así como también el senador Raül Romeva, pudieran ir personalmente a las Cortes españolas para cumplimentar los trámites de la presentación de credencial y declaración de actividades. En la providencia se establecía que los presos "tendrán que ser debidamente custodiados y la presidencia de las dos Cámaras tendrá que adoptar las decisiones oportunas para que estos trámites se practiquen sin dilación y para que sean reintegrados al centro penitenciario con la máxima brevedad posible".
Así, Raül Romeva ha llegado al Senado en un coche policial no logotipado sobre las diez menos cuarto de la mañana, y ha entrado a través del garaje, donde la custodia ha pasado de la Guardia Civil al Cuerpo Nacional de Policía. Le han hecho esperar en la comisaría de la Cámara Alta hasta las diez de la mañana, cuando se iniciaba el horario para hacer los trámites, que a diferencia de los presos electos en el Congreso tenía que hacer personalmente. Ha cumplimentado los trámites en la Sala Campoamor acompañado de otros senadores republicanos, como Bernat Picornell o Ana Surra.
Sus compañeros han visto a Raül Romeva "muy animado". Según han explicado luego, les ha animado en la última semana de campaña. "Lo conseguiremos", les ha dicho. Ellos le han traido una americana y una corbata para la sesión constitutiva de este martes.
Nunca unos trámites en el Senado habían acaparado tanta atención mediática como la entrega de credenciales de Raül Romeva. Policías de paisano no le han dejado solo en ningún momento. Al dirigente republicano no le han dado ni el teléfono móvil ni la tarjeta del parking a los que tiene derecho, porque en su situación prisión cautelar no puede hacer uso de ello.