A 48 horas que el Congreso vote si acepta o no una nueva prórroga del estado de alarma, la cuarta ya desde el inicio de la pandemia, no está claro que los números le acaben saliendo a Pedro Sánchez. Después de que el PP, el principal partido de la oposición, haya dejado en el aire su apoyo, a diferencia de las ocasiones anterior, el peso de los partidos pequeños y nacionalistas que dieron apoyo a la investidura del gobierno PSOE-Podemos vuelve a recuperar bastante.
Uno de ellos es Esquerra Republicana, que esta mañana reúne a su ejecutiva y tendrá que tomar una posición definitiva al respecto, aunque hace unos días los republicanos ya avisaron de que no le facilitarían la prórroga si no había retorno de competencias. En el marco de este debate, la secretaria general del partido, Marta Rovira, ha afirmado que se ha entrado en una fase de desconfinamiento que "se tiene que detener el estado de alarma".
Lo ha dicho en una entrevista a Radio 4 donde, aunque ha asegurado que el sentido del voto del partido se decidirá en reuniones internas, ha avisado de que este es el sentimiento mayoritario en las filas republicanas.
La dirigente de ERC ha considerado un "abuso" la centralización de competencias del Estado y las "decisiones unilaterales" que ha tomado Sánchez en los últimos dos meses y ha defendido que, en esta fase de desconfinamiento, hay que acabar con el estado de alarma y todo lo que no ha funcionado. Así, a pesar de no avanzar el sentido del voto de los republicanos que se tiene que acabar de analizar internamente, ha dicho que "las cosas tendrían que cambiar muchísimo".
Además, ha lamentado que Sánchez haya tirado de "demasiado nacionalismo español" y de "militarización" para gestionar la crisis y ha lamentado que las medidas se hayan adoptado "tarde" y "más pensadas desde una perspectiva política que desde una lógica científica". Por todo eso, ha considerado que hay que entrar en una nueva fase donde no se cometan "los mismos errores".
En la misma entrevista, Rovira también ha defendido que la gestión de la crisis ha "profundizado" el conflicto político con el Estado y ha considerado que la recentralización ha sido "el ataque más fuerte" que han vivido las instituciones después de la suspensión de la autonomía con el 155. Sin embargo, ha defendido volver a la mesa del diálogo "tan pronto como sea posible". "El contexto político ha cambiado y hay otras prioridades, pero nada ha cambiado con respecto a la relación entre Catalunya y el Estado", ha sentenciado.