Esta semana, el Parlament puso en marcha el reloj para la investidura de un nuevo president de la Generalitat, que tiene como fecha límite el 26 de agosto. Si entonces ningún candidato (Salvador Illa y Carles Puigdemont) ha conseguido los apoyos necesarios para ser investido, se convocarán automáticamente unas nuevas elecciones el 13 de octubre. Con todo, ERC no quiere llevar esta negociación al límite (cómo pasó, por ejemplo, en el caso de la investidura de Pere Aragonès en 2021) y durante el Consejo Nacional extraordinario del partido para aprobar el reglamento para el Congreso Nacional que se tiene que celebrar el 30 de noviembre, Marta Rovira ha advertido al PSC y Junts -partidos con que ya han empezado a negociar- que si quieren el apoyo de ERC, tendrán que haber llegado a un acuerdo antes de que termine julio.
Tiempo para explicar el acuerdo a la militancia
"Todo el mundo habla del 26 de agosto y que todavía quedan dos meses. A nosotros esta tendencia negociadora no nos gusta, porque los acuerdos a última hora y en último minuto no son buenos", ha resuelto Rovira, que ha justificado así su apuesta para tener un preacuerdo a finales de julio y no a finales de agosto. La secretaria general del partido y desde hace pocas semanas su número 1 después de la dimisión de Oriol Junqueras, ha añadido que si finalmente se llega a un preacuerdo, será porque la formación necesita también tiempo para explicarlo a sus militantes, que estos tengan el tiempo necesario para reflexionarlo y transmitir a la dirección su opinión al respecto: "Necesitamos tiempo para debatirlo dentro del partido, saber que piensa la militancia y ver si da soluciones al país", ha apuntado. Cabe tener en cuenta que cualquier pacto en el cual llegue ERC con el PSC, pero también con Junts que también quiere sus votos para investir Puigdemont con la abstención de los socialistas, aunque ahora mismo esta opción parece muy complicada, tendrá que contar con el aval de la militancia.
Aunque el foco del partido está puesto en la carpeta de la financiación singular por Catalunya, "o avanzamos en este sentido o entenderemos que se está escogiendo ir a una repetición electoral", Rovira también ha recordado que hay otros tres temas que para los republicanos son clave en esta negociación: avanzar en la autodeterminación del país una vez aprobada la amnistía, la defensa de la lengua catalana, que incluyen dentro de la idea de la "reconstrucción nacional" y el bienestar de la ciudadanía, que incluye las políticas sociales. En este sentido, ha criticado que el PSC, pero tampoco Junts, no los ha hecho llegar ningún programa sobre su proyecto si llegan a la Generalitat. Por todo ello, el partido ha designado un equipo negociador para cada una de estas carpetas.
"No somos la solución"
Aparte de evitar un mal acuerdo y también para poder explicar el pacto con la ciudadanía, Rovira ha explicado que hay otro motivo por el cual ERC no quiere llegar a una negociación límite: "No somos la solución de esta legislatura", ha exclamado la secretaria general, en línea con lo que expresó Josep Maria Jové durante el pleno del Parlamento de esta semana, apostando que los republicanos no son imprescindibles para desbloquear la situación. Así, ha puesto sobre la mesa un pacto entre Junts y el PSC, pero también del PSC con las derechas.