Alcanzar el poder. Esta es según Marc Rovira, profesor de catalán y fundador de La Lectora, la única manera de defender el catalán en nuestro país. Así lo ha asegurado este martes en el coloquio organizado por El Nacional sobre la inmersión lingüística en la escuela, La inmersión, en peligro? La inmersión, viva!. Ante el enésimo ataque al catalán con el polémico fallo judicial que quiere imponer el 25% de castellano en las aulas de nuestro país y acabar con el modelo de escuela catalana, Rovira ha hecho un llamamiento a la desobediencia, pero "no desde las trincheras, sino desde el poder político".

Más allá de la inmersión

El profesor ha compartido el coloquio con Joaquim Arenas, jefe del Servicio de Enseñanza Catalana (1983-2003) e impulsor de la inmersión; Meritxell Ruiz, secretaria general de la Fundación Escuela Cristiana de Catalunya y xconsellera de Ensenyament (2016-2017) y Bernat Dedeu, filósofo, músico y articulista. Todo ellos han coincidido en el hecho de que el modelo de la inmersión lingüística fue un éxito en su momento, sin embargo apuntan que ahora hay que luchar otra batalla, la de conseguir que el catalán se utilice está hacia allá del mundo educativo.

Sergi Alcázar

"La inmersión ya no es suficiente para garantizar que el catalán tenga uso social porque la escuela no es el único lugar donde los alumnos hacen vida. Si bien actualmente asumen el catalán desde primaria, no lo usan. Recibimos interferencias culturales que son en castellano, como el mundo musical o audiovisual, y tenemos que convivir en un entorno en que las lenguas compiten y no tenemos poder. Lo que podemos hacer es resistir", ha reflexionado el profesor.

El catalán y el poder

 

Así pues, Rovira ha insistido en el hecho de que hay que alcanzar el poder para proteger el catalán y ha establecido una relación directa entre la independencia y la lengua. A su entender, el hecho que los políticos catalanes "sacaran adelante la independencia y en el último momento retrocedieran" ha generado un sentimiento de derrota entre la ciudadanía, que ha oído que "todo ha perdido el sentido". "Catalunya está sentada en un diván desde 2017 y ahora tenemos que decidir qué haremos en los próximos años. Y en eso tenemos que entender que el ejercicio del poder es esencial", ha destacado.

Es por eso que para Rovira la lucha por el catalán pasa también para tener unas instituciones que "den la cara" y ha instado a la clase política a desobedecer: "Si hay algún juez que nos ataca, lo que se tiene que hacer es no obedecer. Un juez no te puede decir cómo se tienen que hacer clases, porque no tiene ningún tipo de validez pedagógica. Pero eso no se tiene que hacer desde las trincheras, sino desde el poder político".

En esta línea, el profesor y ve millennial del debate, ha mostrado su preocupación por asumir que vivimos en una "organización política, económica y social en qué viene un tribunal que tiene más poder que nada y mande". "Es un menosprecio a Catalunya", ha lamentado.