La mesa de diálogo se volvió a reunir este mes de julio, casi un año después de la primera reunión desde que Pere Aragonès es president de la Generalitat. La reunión tuvo lugar el día antes de la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament y no contó con la asistencia de ningún miembro de Junts, demostrando que se trata solo de una apuesta de ERC. Ahora, su secretaria genera, Marta Rovira, ha pedido acelerar la mesa de diálogo en otoño para lograr acuerdos antes de final de año porque ve difícil que haya avances en 2023 al ser un año electoral con los comicios municipales en mayo y generales en diciembre, según ha ido asegurando Pedro Sánchez: "Lo necesitamos porque estamos casi descartando el año 2023 porque es un año claramente electoral". Aun así, la frecuencia con la que se ha reunido la mesa de diálogo hace pensar que es difícil que se vuela a reunir antes de que termine 2022.
"Nos parece imprescindible que en los próximos meses haya avances importantes. Nosotros damos muy poca credibilidad a que el año 2023, con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina y con unas elecciones españolas pendientes de convocar seguramente a finales de año, realmente pueda haber avances significativos en el proceso de negociación", ha defendido en una entrevista de Europa Press. Por ello, considera que los próximos meses serán "muy claves" para que el diálogo de frutos, principalmente en el apartado de la desjudicialización del conflicto, algo que se pactó en el encuentro de julio. En este sentido, ha emplazado al Gobierno de Pedro Sánchez a demostrar en este su compromiso con el proceso.
La dirigente de ERC ve claro que en un año electoral como 2023 PSOE y Unidas Podemos "actuarán en función de intereses claramente electorales y no profundamente democráticos, estratégicos y de justicia", por lo que cree que el próximo año la mesa de diálogo se utilizará de manera partidista y electoral. De hecho, ha argumentado que es habitual en los procesos de negociaciones de conflictos políticos que cuando se entra en un periodo electoral "lo que se hace es suspender la ronda de negociaciones para preservar aquello que es más estratégico, que es la resolución del conflicto político", aun así, ha evitado avanzar escenarios: "En función de cómo lleguemos el año que viene se deberán tomar varias decisiones".
ERC no dará un cheque en blanco para los presupuestos
Por otro lado, Rovira ha defendido que ERC negocie los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero ha avisado al Gobierno de que su partido "no firmará un cheque en blanco" a unas cuentas de las que aún no saben cómo serán y qué impacto tendrán en Catalunya, y también ha recordado que el Ejecutivo central tiene pendiente el cumplimiento de las de 2022, que los republicanos avalaron. Así, ha sostenido que su partido quiere "sentarse, entrar a hablar de propuestas, de qué impactos y qué efectos" tendrán los PGE de 2023, y hasta dónde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez.
En este sentido, la dirigente republicana también ha querido avisar al Gobierno de que su partido "no se quiere volver a encontrar instrumentos financieros o presupuestarios que implican ayudas sociales en un momento tan delicado que son concebidas como decretos donde se pueden incluir todo tipo de decisiones políticas", en referencia a algunos de los decretos aprobados este verano, como el creado para el ahorro energético, que terminaron aprobando en el Congreso junto con otros socios habituales de los socialistas y morados.