Marta Rovira rompe el silencio. Después que haya salido a la luz un mensaje de texto de Rovira en un chat del partido en que pedía aprovecharse de los carteles contra los hermanos Maragall para "arrancar algunos votos" para el candidato de ERC, Ernest Maragall, en las elecciones municipales de Barcelona, la secretaria general de Esquerra ha emitido un comunicado desvinculándose totalmente de la autoría de los carteles. La dirigente del partido asegura que ella se enteró de que habían aparecido en marzo de 2023 (el día en que escribió el mensaje en cuestión) y que no supo que provenían de dentro del partido hasta principios de 2024. "Nunca, bajo ningún concepto, habría autorizado una campaña de contraste inmoral como esta", insiste Rovira, asegurando que no tiene ese mensaje "que pretende encolomarme la campaña de contraste". "Un mensaje que no sé si existió, que no puedo comprobar. ¿Es verdad? ¿Es una captura manipulada? ¿En qué contexto se produce? No importa, los mensajes se han difundido y el juicio está hecho", remarca.
Rovira pone en entredicho la versión de Junqueras
En este comunicado, sin embargo, Rovira va más allá y pasa al ataque contra Oriol Junqueras, acusando a su candidatura "utilizar el asunto de los carteles en la campaña interna" para el congreso nacional del partido el 30 de noviembre. "Los desgraciados carteles se han convertido en una verdadera campaña de contraste de una candidatura para afirmar que ellos no tienen nada que ver y señalar a otros culpables de la dirección del partido. Hecho que resulta contradictorio con la responsabilidad orgánica que algunos de ellos ostentaban a la organización, y a las campañas". El 1 de julio, día en que se conoció que los carteles salían de dentro del partido y eran un ataque de falsa bandera, Junqueras aseguraba que "nunca" había tenido conocimiento de los hechos, y que como presidente no había tenido "ninguno" información" sobre la existencia de que los carteles salían de ERC. Esto chocaba con lo manifestado por la dirección del partido, que aseguraba que Junqueras se había enterado como el resto de integrantes de la Ejecutiva.
El nombre de Junqueras no aparece en ningún momento en el largo comunicado de Rovira compartido en las redes, pero se refiere a él a través del concepto "la Presidencia". "Se me encargó trabajar con las mismas herramientas que el resto de partidos y profesionalizamos la organización. Desde la Presidencia, se consideraba que éramos blandos y mucha gente nos pedía que nos defendiéramos más (“somos demasiado blandos, también hemos de romper piernas”)", escribe la secretaria general, en línea con lo que también manifestó Sergi Sabrià en la rueda de prensa en la que comunicó su dimisión a raíz de ese escándalo, atacando muy duramente a Junqueras. Rovira ha asegurado que "las campañas de contraste", nombre que emplean los republicanos para referirse a las campañas sin el logo del partido como los mariachis que enviaron a Junts el día en que estos decidían si salían del Gobierno o no, "siempre se desarrollaron de forma legal y respetando el corpus ético del partido". Para Rovira, los carteles de Maragall son "el primer fallo" que lo "replantean todo".ç
Las capturas de Rovira
Rovira asegura con ironía que considera "curioso" que este mensaje se haya filtrado ahora, cuando su apuesta por el congreso del 30 de noviembre es la renovación de los liderazgos, lo que también incluiría a quien durante 13 años ha sido su tándem al frente del partido: "Es muy curioso que ahora que decido no seguir en la posición de la Secretaría General, y apuesto por una renovación de la organización y la estrategia partido, yo sea la responsable única de todos los errores y quiebras". Rovira acusa así a Junqueras que le atribuya solo a ella "los equipos de trabajo, compartidos, conocidos y consensuados", y que los errores cometidos por la dirección sean solo suyos. Continuando al ataque, la secretaria general asegura que él también tiene "capturas, comentarios privados y conversaciones que comprometerían a más de un compañero", pero que no caerá en la "tentación" de filtrarlos. Aún quedan más de dos meses por la celebración del congreso el 30 de noviembre y parece que la batalla interna, en lugar de amainar, va más a medida que se acerca la fecha.