La reforma laboral de Yolanda Díaz será aprobada hoy por la mínima. Y lo hará sin los socios habituales del Gobierno. ERC, que hacía semanas que pedía poder introducir cambios, no ha sido escuchada. No sólo eso, sino que los republicanos han sido sometidos a una campaña de presión para convalidar la nueva norma a cambio de nada. En este contexto, Gabriel Rufián ha salido al contraataque al atril del Congreso de los Diputados: "Si vendes una moto y acaba siendo una bicicleta, y dices que como mínimo tiene ruedas, estás mintiendo e intentando estafar".
La intervención ha llegado después de las críticas de la propia Yolanda Díaz, que ha acusado a los que han votado en contra de basarse en "debates superficiales" y priorizar las "rivalidades partidistas". La vicepresidenta y ministra de Trabajo ha lamentado algunos de los calificativos que dice que ha oído estos días, como "proyectos personales", "humo" o "maquillaje" de la reforma laboral del PP. "Ocho millones de contratos pasarán a ser estables. Eso son los contenidos que hoy debatimos. Ocho millones de contactos no son humo, señorías, son personas que ahora tendrán un trabajo decente", ha rebatido Díaz.
La respuesta de Gabriel Rufián ha llegado desde la misma tribuna, que ha empezado por denunciar la intención del Gobierno de aprobar la reforma laboral sin tramitación parlamentaria. "Cuando haces eso, no te crees el Congreso. Te crees que el Congreso es un notario que sella acuerdos", ha denunciado al portavoz republicano, que ha avisado de que es un "precedente peligrosísimo que no aceptamos". También ha cargado contra la presión que han recibido: "ERC no funciona bajos amenaza. Este no ha sido un proceso de negociación, sino de presión y negación".
Hecha esta previa, se ha centrado en el contenido, recordando que hay aspectos "lesivos" que no se han modificado, como la indemnización por despido improcedente o los salarios de tramitación."La pregunta no es por qué nosotros no aceptamos esta reforma laboral; la pregunta es por qué lo aceptan ellos", ha lanzado el jefe de filas de ERC en Madrid, que ha constatado las alianzas: "Si te gusta la misma reforma que gusta a la CEOE, la FAES, el Banco Santander y Ciudadanos, ¿quien se equivoca? ¿Tú o ellos?". Rufián ha subrayado que no piden tanto: "No pedimos que cumpla las promesas y programa de ERC, sino que cumpla sus promesas y programa". Y ha acabado con una pregunta: "Nos han votado para hacer lo que estamos haciendo. ¿Y a ustedes?".
Dicho todo eso, Rufián también ha querido calmar los ánimos con la mirada puesta en el futuro. "Hoy no se acaba el mundo", ha recordado. "Mañana tendremos que seguir hablando", ha añadido, recordando que es "muy consciente" de la alternativa a este gobierno.
Junts y la CUP, también a la ofensiva
El resto de formaciones independentistas también han intervenido de forma crítica. Míriam Nogueras ha recordado que prometieron derogar la reforma laboral del PP y han acabado haciendo "un parche con los de siempre y desde arriba". De la misma manera, la portavoz de Junts en el Congreso ha denunciado que de este "diálogo social" ha dejado fuera "al 99,8% del tejido empresarial catalán", que son las pequeñas y medianas empresas. "A ellos ustedes les han dado la espalda. Se han doblegado a los mismos a quienes se doblegó el PP en 2012", ha criticado. Y ha remachado: "El diálogo social en España no habla catalán".
El cupero Albert Botran también ha arrancado criticando que han incumplido el compromiso de derogar la reforma laboral del 2012. "Sólo comparando lo que exigían y lo que nos traen, se ve que quien ha faltado a su palabra son el PSOE y Unidas Podemos". El diputado anticapitalista lo ha calificado de "fiasco" que sale gracias a la derecha y les ha preguntado "con qué credibilidad se presentarán a las próximas elecciones".
En el lado opuesto estaba Ferran Bel, del PDeCAT, que votará a favor. El diputado ha recordado que él ha votado a favor tanto de la reforma de 2012 como de la actual, y se ha mostrado de acuerdo con los cambios introducidos. Ha querido "felicitar" a Yolanda Díaz, sindicatos y empresarios por haber conseguido este "consenso".