El Congreso ha vuelto a acoger un tenso cara a cara entre el diputado de ERC Gabriel Rufián y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, como consecuencia del encarcelamiento de ocho consellers, entre ellos Oriol Junqueras. Rufián ha exhibido unas esposas para denunciar el hecho, asegurando que antes de meterlos en el furgón policial y encarcelarlos en Alcalá Meco y Estremera, habrían sido insultados. Zoido ha justificado que se cumplió el protocolo, y ha lamentado si hubo "erosiones" o "heridas", pero ha respondido recordándole que hace dieciocho meses prometió que se marcharía del Parlamento.
"Esto es su política, programa electoral, su diálogo con nuestros compañeros, el Govern legítimo de Catalunya. Ustedes han hecho de sus prisiones nuestra pesadilla y nosotros haremos de nuestras urnas, la suya", ha sentenciado el republicano indicando que los cuerpos policiales "molieron en palos" a los ciudadanos el 1-O. Rufián ha pedido a los diputados del Partido Popular que no se pusieran "nerviosos", acusándoles de que "les gustaría verlo con unas de estas algún día". Eso sí, el mismo portavoz de ERC ha afirmado que a él le gustaría ver "un tal M. Rajoy" con ellas.
Ante las acusaciones, Zoido ha respondido que "había tenido su minutito de gloria" y se ha jactado sobre si no había podido imprimir "la renuncia al acta con aquella impresora que trajo una vez". Ya en tono más serio, el ministro ha informado de que la Policía Nacional había detenido a siete personas por la "riña tumultuaria" que tuvo lugar el 12 de octubre. Además ha defendido a los cuerpos policiales y ha advertido de que una serie de personas declararían por "delitos de odio" contra ellos. "Lo que para usted son salvajes que pegan, para mí son servidores públicos, que les insultan y amenazan", ha zanjado.