El conseller Josep Rull, preso en Lledoners, se ha mostrado "estupefacto" por los reproches de España a Hungría una vez el ejecutivo de Pedro Sánchez ha expresado su preocupación por la "deriva autoritaria" del país presidido por Viktor Orbán.
La estupefacción de Rull radica, tal como ha señalado vía Twitter, en el hecho que las críticas las emita España, "un Estado que tiene presos políticos y un Tribunal Supremo que coacciona a los servidores públicos con comunicados de prensa impensables en democracias homologables".
Rull se hace eco así de las presiones del Supremo contra funcionarios que quieran facilitar el confinamiento a domicilio durante el estado de alarma por el coronavirus de los presos que disfrutan del beneficio del artículo 100.2, que les permite salidas para ir a trabajar o a hacer voluntariado, como en el caso de Rull y el resto de presos políticos.