Al día siguiente que Josep Rull haya sido proclamado presidente del Parlament, la segunda autoridad del país, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la ley de amnistía a los encausados del Procés. Este era el último paso administrativo que faltaba para permitir la entrada en vigor de la norma, aprobada en el Congreso el pasado 30 de mayo. El flamante presidente del Parlament dice que su abogado lo tiene "todo preparado" para pedir aplicar la amnistía. Aunque solo estaba acusado por el delito de sedición y este fue eliminado del Código Penal, Rull ha destacado que se acogerá a la amnistía para "borrar los antecedentes penales".
En una entrevista en RAC1, ha reconocido que "puede haber el riesgo" de que quede en papel mojado a causa de "la actitud" de la cúpula judicial. Rull ha señalado que sería "inaudito" que con la ley de amnistía en vigor se detuviera al expresidente Puigdemont y se decretara prisión provisional por riesgo de huida, pero no lo descarta del todo. "En el mundo de la justicia española todo es posible", ha apuntado.
El presidente del Parlament ha explicado que él no participó de las negociaciones para acordar la Mesa del Parlament con ERC y la CUP, y ha explicado que las capitaneaba el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, y el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull. Rull ha afirmado que la parte negociadora de ERC la encabezaba Marta Rovira, la secretaria general de la formación, sin embargo, en cambio, no ha aclarado quién había en representación de los anticapitalistas. El presidente del Parlament ha sacado pecho de la capacidad negociadora de Junts per Catalunya en el caso de la Mesa, y en general: "Desde hace un año Junts ha iniciado un mecanismo de negociación exitoso que pasa por mucha humildad y por mucha discreción".
¿A quién votará ERC?
Popularmente, se dice que el partido que ostenta la presidencia del Parlament, no ostenta la de la Generalitat, y al ser preguntado por si este será el caso de esta legislatura, lo que querría decir que Salvador Illa tendría que ser presidente de la Generalitat con el apoyo de ERC. Ante esta posibilidad, Josep Rull ha pedido no especular con si ERC votará a IIla presidente ya que, hasta ahora, "ERC ha sido honesta y exquisita en esta negociación de la Mesa. Ahora cerramos un tema y abrimos el siguiente. Cuando somos capaces de remar juntos vamos mejor", ha insistido.
Ahora toca arrancar la ronda de contactos del presidente del Parlament con los diferentes grupos, y Rull ha explicado cómo serán los próximos pasos que arrancarán la próxima semana: "Primero tengo que acreditar si hay voluntad en las diferentes formaciones de presentar una candidatura, y después estas tendrán que acreditar que tienen los apoyos para tirarla adelante". Una vez hecho eso, la presidencia del Parlament, ha relatado Rull, hará una propuesta concreta a un candidato para que se someta a una investidura. El presidente de la Cámara no ha respondido quién será el primer nombre que se someterá a la investidura, si Carles Puigdemont o Salvador Illa, y ha subrayado que "primero tengo que escuchar a todos los grupos, no puedo ser frívolo y anticiparme a la ronda de contactos".
"Una cámara democrática tiene que poder hablar de todo"
Josep Rull ha enmarcado su nombramiento en la intención de que un preso político sea el presidente de la cámara. Ha explicado que el sábado pasado conversó con el secretario general de Junts, Jordi Turull, y Carles Puigdemont, y lo advirtieron de que su nombre "podría generar consenso" para ser presidente del Parlament. Después de conseguir el apoyo de ERC y la CUP, Rull ha señalado que cuando somos capaces de remar juntos, eso suma.
Por otra parte, Rull ha manifestado que la Mesa con mayoría independentista responde a la voluntad que el órgano de la cámara sea uno "dique de contención para permitir que en el Parlament se pueda hablar de los propósitos y los anhelos de la ciudadanía de Catalunya". Y ha insistido en que "nunca será infringir la ley que en el Parlament se pueda debatir de todo lo que los diputados quieran". "Una cámara democrática tiene que poder hablar de todo con un único límite que es el respeto a los derechos humanos", ha añadido.