El recientemente investido presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, ha asegurado que el expresident de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, asistirá al pleno de investidura tanto si los jueces le aplican la ley de amnistía como si no: "El president Puigdemont ha dicho que vendría y es extraordinariamente serio a la hora de cumplir sus compromisos", ha afirmado Rull este sábado, al ser preguntado sobre la cuestión en una entrevista al programa "Aquí parlem" de Televisión Española. En este sentido, el máximo responsable de la cámara legislativa catalana ha señalado que el texto de la norma de gracia al procés aplicada "con rigor" y siguiendo el espíritu del legislador, "tendría que hacer imposible que pudiera ser detenido". De todos modos, ha insistido en que "en cualquiera de las circunstancias", aunque los magistrados "enturbien", Puigdemont volverá a Catalunya.
Acto seguido, Rull ha denunciado que los fiscales del Tribunal Supremo a cargo de las causas vinculadas al procés están "desobedeciendo" la ley de amnistía, en referencia a su negativa a aplicarla en el caso de Puigdemont o Junqueras, al ver malversación, y ha asegurado además que algunos jueces la pretenden "reescribir", erigiéndose en una "tercera cámara legislativa", cosa que valora como una "explosión extraordinariamente grave" de la separación de poderes.
Un Parlament "con mentalidad de estado y alma de nación de Europa"
El nuevo presidente del Parlament ha reivindicado también la intención de ejercer el cargo al frente del órgano legislativo catalán "con mentalidad de estado" y "alma de una nación de Europa". De esta forma, ha reiterado el discurso que ya hilvanó durante el pleno en el cual resultó escogido, recordando los precedentes del Parlament en los otros órganos de poder autónomo que tuvo Catalunya en época medieval y el Parlament de la época de la República o que Pere Aragonès es el 132.º presidente, de forma que —asegura— "este Parlament no nace con la Constitución de 1978", aunque "tiene competencias autonómicas". "Este es el Parlament de la nación catalana, una nación de Europa, y es el depositario de la soberanía", ha aseverado Rull.
Preguntado por si esta intención podría hacer que se le acusara de desobediencia, Rull ha dicho que está dispuesto a "asumir las consecuencias". "Si yo, modestamente, puedo construir un muro de protección y de dignidad colectiva, lo construiré", ha afirmado. Aunque ha asegurado que no tiene "vocación de mártir", ha remarcado que él lo que quiere es "ser un presidente de una institución normal que quiere ejercer normalmente su función". Para su presidencia, Rull ha explicado que su objetivo es ser "el presidente de todo el mundo" y hacer "un arbitraje razonable" y "con respeto y humildad" para ayudar a "construir puentes". Rull, sin embargo, ha advertido que su "límite" será el respeto a los derechos humanos. "Un límite infranqueable será el con respecto a los derechos humanos y a los derechos y libertades fundamentales; seré contundente e implacable con cualquiera", ha avisado.
Sobre las posibles investiduras: "No se puede descartar nada"
La próxima semana está previsto que Rull haga la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para saber si convoca un debate de investidura. Rull ha rechazado "especular" sobre quién podría tener opciones de ser candidato a la presidencia, si Salvador Illa o Carles Puigdemont, y si pudieran hacerlo, a pesar de no tener ninguno de los dos todavía los apoyos garantizados. Según ha expresado el presidente parlamentario, ahora mismo "no se puede descartar ninguna hipótesis", tampoco la repetición electoral, y ha insistido en que las reuniones de la semana que viene son "trascendentes".
Rull ha hecho valer la ronda de contactos, que cree que no es una rutina "vacía de contenido y banal". En estos encuentros, que empezarán el martes con los comunes y acabarán el miércoles con ERC, Rull quiere saber las intenciones de los grupos para saber si tienen voluntad de presentarse a la investidura y con qué apoyo cuentan. En función de estos puntos, Rull decidirá el mismo miércoles si convoca un debate de investidura para el día 25 de junio o si convoca un 'acto equivalente' y permite que el calendario empiece a correr.