Al día siguiente que trascendieran detalles sobre el informe que los Mossos d'Esquadra enviaron al Tribunal Supremo sobre el dispositivo (fallido) para detener Carles Puigdemont el día 8 de agosto en su vuelta a Catalunya, que ponían el foco sobre el papel del president del Parlament Josep Rull, ha llegado su respuesta. Rull se ha retorcido delante de lo que ha calificado de un informe "inaceptable" porque este cuestiona, según él, "la profesionalidad" de los trabajadores de la cámara. Por eso mismo, también ha anunciado que presentará una queja ante Govern. Rull no ha escondido así su "perplejidad" y preocupación por los términos que utilizan los Mossos en el informe, lamentando que hay elementos que se recogen que "simplemente no son ciertos, de otros que tienen imprecisiones y en otros se entra en terrenos que son inaceptables".
Inspección por seguridad, no para hacer detenciones
Concretamente, en el informe en cuestión, el comisario jefe Eduard Sallent asegura que Rull evitó que los Mossos entraran en la cámara para inspeccionarlo, con la sospecha de que se podrían haber hecho acciones para introducir al president a escondidas en el interior de la cámara. En una declaración ante los medios de comunicación Rull ha explicado la su versión de los hechos. Según el president del Parlament, recibieron hasta tres peticiones de inspección de la cámara, pero no las aceptó hasta que no se les comunicó que el objetivo era comprobar que no hubiera ningún explosivo: "Solo con este objetivo y no con ningún otro porqué, evidentemente, si se tenía que hacer para detener alguien no estaba dispuesto a aceptarlo", ha expuesto a Prada, donde ha participado este viernes en una sesión de la Universitat Catalana d'Estiu.
Antes del pleno, Rull ya había dejado claro que lo suspendería si finalmente Puigdemont, que había manifestado que volvería al país si había investidura, era detenido. También que, en caso de que las fuerzas policiales entraran en el Parlament, trataría de protegerlo en un sitio seguro, como su despacho. Esta situación, sin embargo, finalmente no se dio porque Puigdemont no llegó a entrar en el Parlament.
La versión de los Mossos
Según la versión de los Mossos en el informe enviado al Supremo, estos pidieron entrar en el Palau del Parlament de Catalunya, en el parque de la Ciutadella, el día antes, y poder registrar las dependencias con el fin de evitar que el president pudiera estar en el interior o, incluso, según asegura el mismo informe, problemas de seguridad contra el mismo president. En este documento, Sallent explica que la tarde del 7 de agosto, horas antes dela celebración del pleno, "responsables del Parlament" no facilitaron que se pudieran hacer estas actuaciones y pidieron una petición por escrito del mismo comisario jefe. Esta petición se envió al president Josep Rull y, según consta en el informe de los Mossos, desde el Parlament se denegó la entrada de la policía por falta de "personal laboral adecuado" para acompañar los Mossos. Eso, asegura Sallent en este informe, "reforzó las sospechas sobre un posible acceso del señor Puigdemont en el Parlament de forma previa al debate".