En la noche electoral se expresó claramente la voluntad de formar un Govern y ponerse a trabajar enseguida. Nadie contempla voler a ir a las elecciones. Ahora bien, la puesta en marcha de las conversaciones evidencia una realidad: todavía tendremos que esperar a ver cómo queda todo. En declaraciones a Aquí Cuní, de Ser Catalunya, el presidente de Esquerra, Sergi Sabrià, ha afirmado: "Las negociaciones van lentas, cuesta un poco avanzar, pero la predisposición es buena, apostamos por una vía amplia".
Haciendo una metáfora culinaria, no niega que las ganas y la realidad no van en paralelo, pero el mensaje es optimista: "Tenemos experiencia en ligar mayonesas que parecen complejas y lo intentaremos de nuevo". Sabrià cierra filas: "Estamos seguros de que lo conseguiremos, intentamos ir deprisa pero hay muchas cosas sobre la mesa. Tenemos que arreglar la parte del consenso sobre cómo continuar el movimiento independentista de este país con estrategia, quizás no se puede resolver en el próximo mes pero sí avanzar tanto como podamos".
¿Dónde queda la CUP?
Precisamente, la presidenta de la Assemblea, Elisenda Paluzie ha advertido que las diferencias en el programa de la CUP con Juntos pero también ERC son muy grandes. Una opción es que en vez de estar dentro del Govern, la candidatura liderada por Dolors Sabater tenga una función destacada dentro del Parlament. Sabrià no lo descarta, pero tampoco es la primera vía que están evaluando: "Me gustaría que la CUP diera el paso que no ha dado ahora, tomar responsabilidades dentro del ámbito del Gobierno. Si tienen aspiraciones diferentes, en el ámbito parlamentario, pues que lo pongan sobre la mesa, estamos dispuestos a hablar de todo siempre".
De todos modos, el presidente de los republicanos ve indiscutible "la gran victoria del 14 de febrero", una oportunidad para los independentistas pero también para "girar hacia la izquierda". En esta línea, también incluye a los comunes, a quienes les ha recordado que en el ayuntamiento de Barcelona perdieron pero la alcaldesa Ada Colau aceptó "los votos de la extrema derecha" de Manuel Valls. A pesar de todo, pone en valor que su partido cierre acuerdos dentro del consistorio: "Cuando se necesita a ERC estamos ahí, como ayer con un acuerdo de 30 millones que mejorará la vida de los barceloneses".
En la configuración de un nuevo Govern también valora a Junts, que define como un partido de "centroderecha" que, a la vez, "es bueno que esté y exista". Mirando el último objetivo, la independencia, los republicanos valoran que la fuerza de todos "hace más fuerte al movimiento" independentista.