El economista Xavier Sala-i-Martin ha hecho subir los colores al rostro del gobierno Sánchez, después de la operación propagandística que han hecho con la liberación de peajes en Catalunya. Sala-i-Martin les ha recordado que en realidad el ejecutivo español no ha liberado nada, sino que las concesiones se han acabado por sí mismas. El economista ha contestado directamente a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que se trasladó al peaje de La Roca del Vallès a realizar el acto propagandístico.

"Señora ministra, ustedes no han liberado nada. Las concesiones se han acabado por sí mismas (eso sí, después de que varios gobiernos socialistas a través de la historia las extendieran sin causa justificada)", ha indicado. "La relación que ustedes tienen con la verdad es patológica", ha añadido.

La ministra se había atribuido la liberación de los peajes, con una fotografía en el peaje de La Roca del Vallès. "Ponemos fin a los peajes de la AP-7 y el AP-2. A partir de las 00:00 horas liberaremos 477 kilómetros de autopista que supondrán un ahorro de más de 700 millones de euros para los usuarios", indicó Raquel Sánchez.

Sala y martin

 

A partir del 1 de septiembre estas vías han pasado a ser, como mínimo de momento, completamente gratuitas, porque pasarán a ser de titularidad del Estado o de la Generalitat.

Estas vías son la AP-2 desde El Vendrell hasta Aragón, la AP-7 desde La Jonquera hasta Vila-seca, las dos de titularidad del Estado, la C-32 Nord de Barcelona hasta Blanes y la C-33 de Barcelona hasta Montmeló. Como curiosidad, entre los peajes desaparecidos encontramos el que hasta ahora era el más antiguo de todo el Estado, el de Premià, que se encontraba en la C-32.

INFOGRAFÍA PEAJES AUTOPISTAS - Maria López Moya

Eso provoca que Catalunya deje de ser el territorio con más kilómetros de peajes del Estado y pasará a ser el octavo después de muchos años liderando este ranking, que ahora pasará a manos de Galicia. De hecho, ahora mismo, Catalunya sólo tiene 120 kilómetros de peajes, una reducción considerable.

Concretamente, en Catalunya sólo serán de pago cuatro tramos y todas las concesiones vencen entre 2037 y 2039. Se trata del túnel del Cadí, los túneles de Vallvidrera, la C-16 entre Sant Cugat y Manresa y la C-32 Sud entre Castelldefels y El Vendrell. Además a estos cuatro tramos también se tienen que sumar las vías que incorporan peajes a la sombra, es decir, aquellas carreteras donde el Gobierno paga al concesionario un precio fijo por cada coche que circula: la C-16 entre Manresa y Berga, la C-14 entre Reus y Alcover, la C-35 entre Maçanet y Platja d'Aro, la C-17 entre Vic y Ripoll, el Eix Transversal y el Eix Diagonal entre Manresa y Vilanova i la Geltrú.

¿Quién hará el mantenimiento de las autopistas?

 

Otra de las grandes preguntas sobre el levantamiento de las barreras es cómo y quién realizará el mantenimiento de las vías que dejan de ser de pago. Con respecto a la C-32 Nord y a la C-33, el Govern ya ha anunciado que destinará 8,4 millones de euros para hacer este mantenimiento, que irá a cargo de la Unión temporal de empresas (UTE), constituida por Sorigué, Acsa, Conservación de Infraestructuras, COMSA e Innovia Coptalia. Además, este contrato, con vigencia hasta febrero del próximo año, incorpora también el desmantelamiento de las 38 cabinas de peaje de las dos vías.

Por otra parte, el Ministerio de Transportes, que pasará a ser el titular de la AP-2 y la AP-7, ya licitó el mes de abril pasado siete contratos para la conservación y mantenimiento de las dos autopistas por un importe total de 137 millones de euros. De hecho, si miramos este contrato en detalle, podemos ver cómo el ministerio destinará unos 18,4 millones de euros, más los 8,8 millones en impuestos, para desmantelar los 48 puntos de pago que hay actualmente en la AP-7 desde Salou hasta La Jonquera y la AP-2, que conecta El Vendrell con la frontera con Aragón.

Liberar las vías de gran capacidad de los peajes implica que el tráfico en estos tramos aumentará significativamente. Ahora bien, según el ministerio, y con las modificaciones adecuadas, eso puede significar una mejor distribución del tráfico en las vías catalanas así como mejoras en la seguridad vial, de congestión y una reducción de la contaminación.