La Unión Europea (UE) ya tiene preparadas una serie de sanciones, pactadas con los Estados Unidos y Gran Bretaña, para ahogar económicamente Rusia si finalmente el país de Vlademir Putin decide invadir Ucrania. El contraataque, según ha informado el diario El País, contempla romper con cualquier trato económico con Moscú. Es un movimiento de un calibre mayúsculo, ya que también plantea recortar la importación de petróleo y gas ruso. Se trata de un contragolpe tan severo que podría tener consecuencias, incluso, para la misma UE. Así pues, para reducir el impacto involuntario de dar la espalda a la economía rusa, Bruselas ha diseñado un plan destinado a abordar sus efectos. Concretamente, la estrategia a seguir por parte de la UE de cara al conflicto Rusia-Ucrania se abordará el próximo lunes durante una comida capitaneada por Josep Borrell, el máximo representante de Política Exterior de la UE. Se trata de un encuentro de alto voltaje, ya que, previamente, Antony Blinken, secretario de Estado de los EE.UU., se conectará telemáticamente.
La reunión del lunes, según informa un diplomático europeo en el diario a El País, "no es adoptar ninguna sanción concreta, sino establecer los escenarios y las reacciones que provocaría cada uno". Así pues, las fuentes europeas no han concretado públicamente cuáles serán exactamente las represalias, pero el rotativo español sí que ha avanzado qué medidas de choque están sobre la mesa. De entre el abanico de medidas que se está estudiando, se encuentra el cierre completo de los mercados europeos de capital para las empresas y entidades financieras rusas. Además, también se barajan restricciones en la exportación de materiales o servicios imprescindibles para sectores clave de la economía rusa, como el energético, el minero o la industria pesada. Y, en último lugar, la ruptura de los vínculos financieros con Rusia, hecho que aislaría peligrosamente Moscú del mercado financiero mundial. Incluso, los Estados Unidos plantean ir más allá al mostrarse dispuestos a negar el acceso de Rusia al sistema de transacciones financieras SWIFT, pero esta es una medida de fuerza mayor que, de momento, está en segundo plano.
Washington y Moscú se dan una semana de margen
Después de semanas de tensión, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se han emplazado a negociar y llegar a un compromiso en los próximos días. Concretamente, Blinken ha salido este viernes del Hotel Wilson de Ginebra (Suiza) con la tarea de revisar las propuestas de Rusia. Según el diplomático ruso, los mismos presidentes Joe Biden y Vladímir Putin podrían llegar a un acuerdo por vía telefónica. Con respecto a los miedos que Moscú esté preparando otra invasión en Ucrania, Lavrov ha negado rotundamente que este sea el objetivo. Blinken, a su vez, ha reiterado que la OTAN está "lista para encontrarse con Rusia en cualquiera de estos dos caminos", el conflicto o la diplomacia.
Tropas españolas en el Mar Negre
El barco de la Armada española, Meteoro, ha salido este lunes desde las Islas Canarias en dirección al mar Negre a causa del conflicto con Rusia por Ucrania. Se trata de un movimiento enmarcado dentro de las misiones permanentes de la OTAN, aunque se ha tenido que hacer más bien de la cuenta por culpa de la reciente escalada de tensiones en la zona. Así lo ha explicado Margarita Robles, ministra de Defensa española. La ministra también ha anunciado que también enviará de aquí "tres o cuatro días" la fragata Blas de Lezo y ha abierto la puerta a enviar cazas de guerra a Bulgaria por el peligro inminente de invasión en la frontera con Ucrania. Con todo, el fracaso de las conversaciones entre las partes ha provocado que tanto Rusia como los Estados Unidos y sus respectivos aliados hayan iniciado despliegues militares en la zona. Así, este jueves, el Ejército ruso ha anunciado maniobras a gran escala, en las cuales participarán más de 140 barcos y casi 10.000 soldados.