Salvador Illa es ya el 133 president de la Generalitat. El nuevo presidente ha tomado posesión de su cargo ante el Govern saliente, una vicepresidenta del Gobierno y cuatro ministros, además de dos presidentes autonómicos. En su breve intervención, Illa ha citado uno a uno a todos los presidents que lo han precedido desde Josep Tarradellas, Jordi Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès, y ha expresado el agradecimiento y reconocimiento a todos ellos "por haber servido a Catalunya desde sus convicciones y sus ideales".

"No tengo ninguna duda de que todos ellos lo han hecho con los más buenos propósitos, la máxima dedicación y las más nobles intenciones para hacer de Catalunya un país mejor. Exactamente como lo hago yo hoy", ha asegurado.

Cinco ministros y dos presidentes autonómicos

Illa ha llegado a las 12 del mediodía a la plaça Sant Jaume, donde había unos centenares de personas, algunos aplaudiendo, otros denunciando el apoyo de ERC al PSC y algunos, sencillamente curiosos, Ha entrado en el Palau de la Generalitat donde ha sido recibido por la guardia de honor en el patio de carruajes y se ha dirigido por la Galería Gótica por la escalera noble donde le esperaba el president en funciones, Pere Aragonès, que lo ha acompañado al salón de los diputados.

Acto seguido, se han dirigido al Salón Sant Jordi, acompañados del presidente del Parlament, Josep Rull, donde esperava el Govern en funcions. Entre los asistentes la vicepresidenta María Jesús Montero, y los ministros Félix Bolaños, Jordi Hereu, Ernest Urtasun y Diana Morant. También la plana mayor del PSC y representantes de Junts, Comuns, PP i PDeCAT. Illa ha prometido el cargo "con fidelidad al Rey, la Constitución, el Estatuto y las instituciones de Catalunya".

Unir y servir

El ya president ha confesado que asume emocionado y honrado esta tarea y con la voluntad de quien quiere ser a partir de hoy el primer servidor público de Catalunya. Ha insistido en que su principal objetivo es gobernar tan bien como sepa para todo el mundo, para todos los catalanes. "Que todo el mundo se sienta representado es mi principal desazón", ha remachado, para agradecer acto seguido a Pere Aragonès por la forma como se ha hecho el traspaso.

Los ejes principales de su presidencia, según ha añadido, serán "unir y servir": unir respetando la diversidad y pluralidad del pueblo de Catalunya, sobre todo, en momentos en que "aquí y por todas partes, los planteamientos divisivos, demagógicos y egoístas avanzan, ponen en riesgo a menudo no solo la unidad civil del pueblo sino la convivencia"; y servir desplegando políticas públicas que cohesionen socialmente y territorialmente a Catalunya y ayuden a garantizar prosperidad.

Tierra de acogida

Ha asegurado, evocando la definición que Ernest Lluch hacía de los valores socialdemócratas, que su voluntad es garantizar la máxima libertad, prosperidad e igualdad para los catalanes. "Catalunya es tierra de acogida, lo ha sido siempre y lo seguirá siendo, y es solidaria. Nuestra voluntad de ser es también una voluntad de convivir. Y la defensa de nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra tierra no es nunca contra nadie ni para perjudicar a nadie", ha manifestado. En este punto ha querido agradecer la presencia de ministros y de los presidentes de las Comunidades de Asturias y Navarra.

Ha explicado la voluntad de no perder la proximidad y el contacto a las personas, cómo definía Montaigne la política. Después de agradecer la presencia de amigos, familia, autoridades y representantes de otros grupos políticos, ha acabado su intervenciones citando la oración fúnebre de Perícles recogida por Tucídides, para asegurar que al tomar las riendas del Govern pondrá lo mejor de él mismo y siempre estará al servicio de los ciudadanos de Catalunya.