Una semana después del ataque a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Vic después de la detención y encarcelamiento de Pablo Hasél, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha visitado a los agentes que recibieron el ataque.
Sàmper ha visitado la comisaría y ha dirigido un mensaje de agradecimiento y ha expresado de nuevo su apoyo a los agentes y al inspector que dirigió toda la operación de contingencia "por su valor y acierto". Desde Vic, Sàmper ha hecho extensivo este apoyo a todo el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. "La situación en Vic ejemplariza la magnitud de la tragedia", dijo Miquel Sàmper al día siguiente de los hechos, consciente de que el ataque a la comisaría abría una grieta y pasaba una línea roja.
El ataque del martes por la noche a la comisaría de los Mossos de Vic no se había previsto porque nunca había pasado, pero ha hecho tomar conciencia a los dirigentes del cuerpo de que hay que aumentar la autoprotección de los agentes, vehículos y edificios.
No es la primera vez que el conseller de Interior visita la comisaría atacada. Lo hizo la misma noche de los hechos acompañado del major, Josep Lluís Trapero, y el número dos del cuerpo, Ferran López.
Una semana después ya se han arreglado los desperfectos en la comisaría, pero todavía se mantiene vivo el debate, dentro del cuerpo, sobre la seguridad de sus propias infraestructuras, y fuera, en el terreno político y social, sobre la conveniencia de hacer un cambio del modelo de orden público.
Sàmper ha visitado Vic esta tarde, después de pasear por el paseo de Gràcia esta mañana. Y en este contexto ha dicho que cree que el punto álgido de los disturbios en la calle por el encarcelamiento del rapero leridano Pablo Hasél ha sido este fin de semana y espera que vayan a la baja los próximos días.
Sàmper ha visitado, junto con el conseller de Empresa, Ramon Tremosa, el paseo de Gràcia, donde muchos comercios fueron saqueados, y ha pedido a la ciudadanía que se manifieste pacíficamente.
Tremosa cree que estos saqueos empobrecen la ciudad, y el presidente de los comerciantes del paseo de Gràcia, Lluís Sans, ha lamentado la respuesta "tibia" y tardía del vicepresident del Govern, Pere Aragonès. Sans cree que Barcelona se ha convertido en la capital europea de los disturbios junto con París.