Pedro Sánchez comparecerá este miércoles en el Congreso de los Diputados para informar sobre sus planes de aumento del gasto en Defensa. El presidente del Gobierno compartirá con la cámara baja el contenido de las reuniones que en las últimas semanas ha mantenido en los encuentros del Consejo Europeo en Bruselas y en reuniones extraordinarias con líderes mundiales en París, Londres o Kyiv. De hecho, este jueves volverá a viajar a la capital francesa para asistir a la nueva reunión que ha convocado Emmanuel Macron ante el nuevo contexto geopolítico: Estados Unidos se ha distanciado de Ucrania, Rusia representa una mayor amenaza para Europa, y los estados miembro de la Unión —de forma prácticamente unánime— abogan por aumentar el gasto en Defensa y Seguridad en el continente. Un miembro de alta jerarquía del Consejo de Ministros, mano derecha del presidente español, asegura que el líder socialista pronunciará un discurso "pedagógico-militarista".

"Explicará qué necesita Europa y que la Defensa será buena para España y para el continente", aseguran estas mismas fuentes, que apuntan que el presidente del Gobierno incidirá en que el plan de rearme puede ser una "oportunidad para el país", sobre todo para su tejido industrial. Sea como sea, no se espera que Pedro Sánchez dé este miércoles cifras sobre cuánto pretende gastar. El próximo mes de junio se celebrará en La Haya una nueva cumbre de la OTAN en la que Donald Trump se encontrará con el resto de países europeos y en la que se fijará qué porcentaje de su PIB tienen que invertir sus miembros en Defensa. Es por eso que el Gobierno no sabe todavía cuál es la cifra que tendrá que invertir en rearme.

Sánchez ya ha reiterado que está comprometido con el objetivo de invertir en Defensa el 2% del PIB español. Actualmente, España destina el 1,28%. Pero la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen exige a sus estados miembro alcanzar el porcentaje del 3%.

La cifra definitiva determinará si Pedro Sánchez tiene la imperiosa necesidad de contar con el apoyo del Congreso de los Diputados o si puede optar por llegar a los objetivos haciendo reajustes y utilizando el fondo de contingencia. Hace un par de semanas, preguntado si someterá su hoja de ruta en la cámara baja, Sánchez contestó que "algunas cuestiones tienen que ver con la agenda legislativa y otras con el grado de ejecución del gobierno". "Contaré con el apoyo en aquellas cosas que tengan que pasar por el poder legislativo; y aquellas cosas que tengan que pasar, pasarán", se limitó a contestar.

Los socios de izquierdas, en contra del rearme

La situación actual es que todos los socios que se sitúan a la izquierda del PSOE están en contra de este rearme. Podemos ha llegado a referirse a Pedro Sánchez como "señor de la guerra", y Sumar hace malabarismos para posicionarse como un partido de izquierdas y al mismo tiempo actuar como miembro de un gobierno favorable a este incremento del gasto en Defensa. Es por eso que en la sala de máquinas de la Moncloa esperan un "debate duro" este miércoles. Junts per Catalunya y el PNV, sin embargo, no ven los planes de Sánchez con malos ojos. Hace dos semanas, después de reunirse con el presidente español en el palacio de la Moncloa, estas dos formaciones abogaban por aprovechar cualquier estrategia de rearme para destinar las inversiones a la industria catalana y vasca, respectivamente.

Sánchez aboga por "gastar mejor" y ampliar el foco

Para intentar ganarse el apoyo de los socios situados a su izquierda, Sánchez ya ha empezado a utilizar una de las expresiones que utilizan formaciones como Sumar o Esquerra Republicana: "hay que gastar mejor" en Defensa, en favor de una mayor coordinación entre los diferentes ejércitos de la Unión Europea. El presidente español también señaló hace un par de semanas que la defensa se tiene que concebir de una forma más global, y apostar por hacer frente a los ciberataques, las catástrofes meteorológicas o la crisis climática.

Pero el discurso de Sánchez no está alineado con todos sus homólogos en el continente. "Los discursos de los líderes europeos dependen, fundamentalmente, de los kilómetros que separan su frontera de la de Rusia; y el presidente ve normal que un país como Polonia pida armas y no ciberseguridad", insisten fuentes del Gobierno. "Pero el presidente es muy influyente en la Unión, más allá de las diferencias ideológicas", sentencian.