El malestar entre Esquerra y Junts para la mesa de diálogo es evidente. Pero para no hacer más sangre, el secretario de Junts, Jordi Sànchez, ha cerrado filas entorno a la estabilidad del Govern: "No buscaré lo que muchos quieren, que es un conflicto verbal con el president Aragonès". Así pues, admite que "es un desencuentro no menor, pero no tiene que tener más recorrido en otros ámbitos", ha dicho en declaraciones a Catalunya Ràdio.
En el supuesto de que la falta de entendimiento en la cuestión de la mesa fuera más allá, Sànchez avisa de un peligro de gobernanza: "Si acusara a ERC de desleal, me tendría que marchar". Y el camino de Junts a partir de ahora, ver y actuar según lo que venga: "Nosotros no tensionaremos al Govern con este tema, si se nos levanta el veto, entraremos. Si no, nos mantendremos leales al acuerdo que cerramos". Y acusa al Gobierno de todos los males: "Nosotros no nos hemos marchado de la mesa de diálogo, no nos han dejado entrar. Sólo hay que escuchar a la portavoz del Gobierno".
Si nos fijamos en la previa a esta mesa es donde encontramos más desavenencias entre el partido de Carles Puigdemont y los republicanos. La comunicación, pública y privada a nivel personal, ha sido uno de los temas más discutidos. Por ejemplo, el president Pere Aragonès ha lamentado haber conocido los nombres que proponía Junts a través de los medios. Sànchez replica que eso no ha sido así: "Yo ya advertí a Aragonès hace semanas que la voluntad de llevar consellers no sería así", y que en ningún caso hicieron la lista pública con el propósito "de especular". Y puestos a fijarse en el otro, asegura que ERC hizo lo mismo: "También conocimos por los medios de comunicación que participarían los consellers Vilagrà y Torrent. Hacer el debate sobre estas cuestiones no tiene mucho interés para el debate de fondo".
Centrándose en el objeto de debate de aquello que se habla en la mesa, Sànchez no esconde las dudas que genera en Junts su utilidad: "Yo no estoy de acuerdo con que el procés se ha acabado, pero si este es el marco mental del Gobierno, el mismo Bolaños lo dice, qué van a negociar?". Y reitera que iría bien la figura externa "de un observador, un perfil más equidistante." Y la salud de estas negociaciones la pone en un gran interrogante: "Alguien está jugando con la mesa de diálogo y su voluntad y en eso Pedro Sánchez es el rey". Por eso, Sànchez se acaba planteando si lo que se vio el miércoles, "realmente es una mesa de negociación?".