La cena inaugural del Mobile World Congress ha vuelto a propiciar un encuentro en Barcelona del rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, justo la misma semana que el Consejo de Ministros ha firmado el indulto que ha permitido la salida de los presos políticos de los centros penitenciarios.
Como ya pasó con motivo de las jornadas del Cercle d'Economía, el president se ha mantenido en el extremo opuesto de la sala, acompañado del vicepresident, Jordi Puigneró, y el conseller Roger Torrent, i ha evitado el besamanos del recibimiento al Rey. No obstante, se ha acercado a saludar a Felipe VI y a Sànchez una vez ha acabado el recibimiento formal y las cámaras se habían retirado. También hoy, como ocurrió el miércoles pasado en la recepción del Cercle d'Economia, el fotógrafo de la Casa Real se ha encargado de inmortalizar la escena.
Con Sánchez han acudido al acto la vicepresidenta Nadia Calviño y la ministra de Industria, Reyes Maroto. También estaba presente la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que sí ha participado en el saludo al monarca, y la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín.
Mientras se hacía el recibimiento al monarca, fuera del cordón policial se han producido algunas protestas por la visita de Felipe VI. Nada que ver, sin embargo, con las protestas de años anteriores, que obligaron a blindar la ciudad.
Una vez hecho el recibimiento, el monarca, Sánchez y Aragonès han compartido mesa en la cena organizada en el pabellón número 7 de la Feria de Barcelona, junto con la alcaldesa de Barcelona, el director general de la GSMA, Mats Granryd, y el presidente de la Fira, Pau Relat.
"Unión por el bien de todos"
A la hora de los parlamentos, Sánchez ha sido el único que ha hecho referencia, aunque indirecta, a la tensión política entre Catalunya y España. La presencia de las autoridades catalanas ha servido de excusa al presidente español para hacer un llamamiento a la unidad, que ha descrito como "el camino fértil para levantar el país".
Después de recordar que asistían al acto las alcaldesas de Barcelona y de L'Hospitalet, el president de la Generalitat, el Gobierno y el Rey, ha asegurado que con su presencia estaban "simbolizando la unión por el bien superior de todos". "El bien superior de todos, que es el de los ciudadanos a los cuales representamos, y sobre todo a los cuales servimos", ha asegurado.
El presidente español ha subrayado que todos juntos están unidos por un mismo deseo, el de una recuperación económica fuerte y robusta. "Una recuperación que será más fuerte cuando predominen valores de cohesión y unidad", ha remachado.
Sociedad estable
Por el contrario, Felipe VI ha evitado referirse a la situación política catalana en una semana en que España ha recibido un duro revés en el Consejo de Europa. Sin embargo, sí ha querido destacar en su discurso en inglés que España ofrece un gran lugar para visitar, disfrutar y trabajar para cualquiera que busque una "sociedad estable, flexible y dinámica".
Las referencias del monarca a Catalunya se han limitado al párrafo que ha leído en catalán donde ha asegurado que Barcelona es "una ciudad reconocida internacionalmente por su importancia cultural, financiera, turística y de innovación". "Centro tecnológico del Sur de Europa. Una ciudad mediterránea, cosmopolita y auténtico motor de Catalunya," ha remachado.
No ha habido más referencias a Catalunya. De hecho, el Mobile sirve, según ha asegurado, para que España renueve su compromiso con el ámbito empresarial de alto contenido tecnológico, dado que, ha insistido, "con orgullo", "desde el 2006 tiene lugar en España, en esta querida ciudad de Barcelona".
Recepción a los presos
También Aragonès ha evitado referirse a la tensión entre Catalunya y el Estado en su discurso, que ha hecho todo en inglés y ha centrado en un mensaje a los participantes en el Congreso sobre la apuesta del Govern por la digitalización y un llamamiento a dar cabida en este proceso a lenguas y culturas como la catalana.
Mañana Aragonès volverá a coincidir con el Rey en la inauguración del Congreso. Será por la mañana, porque por la tarde, en el Palau de la Generalitat, el presidente recibirá a los presos políticos. Posteriormente será la presidenta del Parlamento quien los recibirá en el edificio del parque de la Ciutadella.