Pedro Sánchez ha vuelto de vacaciones de Navidad con los contagios de coronavirus aún más disparados, como consecuencia del avance de la variante ómicron. Y el presidente del Gobierno ha vuelto haciendo anuncios. Por una parte, que el Estado comprará dosis del medicamento antiviral para el covid comercializado por Pfizer. En segundo lugar, que el gobierno central estudiará cómo regular los precios de los tests de antígenos comercializados en farmacias, después de la experiencia durante las últimas semanas con insuficiencia de demanda y disparidad de precios de venta. Más allá de anuncios concretos, en una entrevista a la SER, el dirigente socialista ha apostado por empezar a tratar la covid como una enfermedad endémica como la gripe, porque sus características también han cambiado.

El tratamiento de Pfizer que ya están comprando otros países europeos, consistente en 30 pastillas orales administradas durante cinco días, ayudan a rebajar considerablemente la afectación de la enfermedad, especialmente en pacientes de riesgo. De hecho, Pedro Sánchez ha subrayado como este tratamiento "reduce en un 88%" la hospitalización de aquellos "más vulnerables". Por eso, ha anunciado la compra de los antivirales de covid de esta compañía farmacéutica. Y ha puesto una cifra: 344.000 dosis en el mes de enero.

 

El otro gran anuncio, largamente reclamado por varios sectores durante las últimas semanas, es la regulación de los tests de antígenos que se comercializan libremente en farmacias. Durante las fiestas de Navidad se ha podido comprobar cómo había mucha demanda, oferta limitada y precios muy diversos para un mismo producto. Preguntado sobre si piensa hacer alguna cosa, el presidente del Gobierno ha estado claro: "Nos meteremos en el control de los precios de los tests de antígenos. Lo haremos, sí".

Más allá de estos dos grandes anuncios, Pedro Sánchez ha defendido la actuación actual, sin medidas restrictivas desde el Estado, sólo mascarilla en exteriores y vacunación masiva. En este sentido, el presidente del Gobierno ha remarcado cómo las características del coronavirus han cambiado, pasando de una letalidad del 10% a una letalidad del 1%. "Tenemos las condiciones para que, poco a poco, empecemos a evaluar la enfermedad desde parámetros diferentes", ha defendido al dirigente socialista, que ha insistido en que hay que responder "con nuevos instrumentos, más vinculados a la vacunación y la autoprotección", como se hace con la gripe.

El dirigente socialista ha situado el pico de la sexta ola durante el mes de enero y ha descartado "fastidiar" a los no vacunados, a diferencia de Emmanuel Macron en Francia. Ha justificado que la situación no es la misma que en España, donde "afortunadamente" no existe ese debate. Pero ha aprovechado para hacer un llamamiento a los no inmunizados: "Recordarles que tienen el derecho y el deber de protegerse a ellos mismos y al conjunto de la sociedad".