Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles que su estrategia de rearme pasa por presentar antes del verano un plan de inversiones tecnológicas y de reindustrialización para alcanzar un gasto en Defensa y Seguridad del 2% del PIB. Lo sacará adelante, según señalan fuentes de la sala de máquinas de la Moncloa, esquivando al máximo el Congreso de los Diputados. Eso, sin embargo, va en contra de lo que le ha pedido también en esta jornada la cámara baja a través de una moción del PP: que el Gobierno traiga un plan concreto y que cualquier decisión sobre la nueva estrategia europea de Defensa pase por esta cámara. PSOE, Sumar, Esquerra Republicana y Bildu han votado en contra. Pero la iniciativa ha prosperado porque Junts per Catalunya y el PNV se han abstenido. Ha sido una jornada en la que Sánchez ha chocado tanto con la oposición como con los socios.

 

El texto aprobado insta al Gobierno a "elaborar y presentar ante el Congreso de los Diputados para su aprobación un plan plurianual de inversiones en materia de Defensa, de acuerdo con los compromisos adquiridos en la Unión Europea y la OTAN", así como "conseguir el consentimiento de la cámara baja con carácter previo a la solicitud de activación de la cláusula de escape para incrementar el gasto en Defensa hasta un 1,5% del PIB y antes de adquirir ningún compromiso en esta materia con las instituciones europeas", "detallar el calendario, presupuesto, créditos y plan de devoluciones de los créditos del plan de incremento de gasto hasta el 1,5% del PIB" y "solicitar un informe sobre la sostenibilidad fiscal del plan plurianual a la AIReF".

Esta iniciativa del PP ha cerrado una jornada en el Congreso de los Diputados que, desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la noche, ha estado focalizada —fundamentalmente— en la Defensa y la Seguridad. Pedro Sánchez ha comparecido para informar a los diputados sobre el contenido de las reuniones que ha mantenido en las últimas semanas con los líderes europeos y mundiales sobre el nuevo contexto geopolítico, ahora que en Europa hay un debate sobre un rearme ante el distanciamiento de Donald Trump con el Viejo Continente y la deriva expansionista de Rusia. El presidente del Gobierno ha compartido su compromiso de disparar hasta el 2% del PIB el gasto en Defensa.

Un plan de inversiones que esquive el Congreso

El plan que ha anunciado incluirá, fundamentalmente, programas de colaboración público-privada que "miren el este y al sur" del continente, ha explicado Sánchez. "Apostaremos por la innovación, la creación de nuevas empresas y la escalada de las pequeñas y medianas empresas", ha añadido el líder socialista. Y, con el fin de intentar convencer a sus socios de izquierda, la promesa del presidente del Gobierno es que su estrategia de rearme "no tocará ni un céntimo de gasto social y medioambiental". "Este crecimiento no se producirá en detrimento de nuestro estado del bienestar", ha asegurado.

 

De todos modos, y ante la complicada situación aritmética del Congreso, su intención es esquivarlo al máximo. El mismo presidente del Gobierno ha sido meridianamente claro durante su comparecencia en la cámara baja sobre sus intenciones: "En la ley presupuestaria se establece qué puede y qué no puede hacer el ejecutivo a la hora de reasignar y reajustar partidas". Y fuentes del Consejo de Ministros de su máxima confianza apuntan que estos reajustes se harán "hasta que se vea que tenemos capacidad para hacerlos". El caso, sin embargo, es que el próximo mes de junio se celebrará en La Haya una nueva cumbre de la OTAN en la que Donald Trump se encontrará con el resto de países europeos y donde se fijará qué porcentaje de su PIB tienen que invertir sus miembros en Defensa. Es por eso que el Gobierno no sabe todavía cuál es la cifra que tendrá que invertir en rearme.

Las izquierdas, en contra del militarismo

Las formaciones situadas a su izquierda le han reiterado su rechazo al militarismo. Sumar ha advertido a Sánchez de que este rearme supondrá un "error histórico" de la OTAN, y ha tachado la alianza atlántica de "zombi". Podemos ha dicho que el líder socialista es un "señor de la guerra", mientras que Bildu ha defendido que la solución a un escenario de este tipo "no puede ser nunca belicista". El discurso más pragmático de las formaciones situadas a la izquierda del PSOE ha sido el de Esquerra Republicana. A pesar de posicionarse en contra de este rearme, ha pedido "ir más allá del dogma" y "legislar en orden, seguridad y defensa". El PNV, por su parte, ha abogado por una estrategia que sea autónoma en el ámbito estatal, pero también conjunta a escala europea. Junts, por su parte, ha instado al Gobierno a beneficiar a la industria catalana de cualquier proyecto de rearme.

Feijóo, favorable al rearme, se opone a pactar con Sánchez

Sánchez y Feijóo han protagonizado este miércoles un nuevo combate de boxeo en el que el líder del PP se ha mostrado favorable a un aumento del gasto en Defensa, pero se ha negado a dar apoyo a los planes del presidente del Gobierno. Su excusa ha sido que el PSOE gobierna con Sumar, una formación contraria al rearme. Ha asegurado que "el escollo" es el partido de Yolanda Díaz porque no se puede obedecer a la Unión Europea y a la OTAN mientras se tiene un socio de gobierno que quiere salir de la OTAN. El líder socialista ha recriminado a los populares que no ejerzan como "oposición de Estado en los asuntos de Estado". Y ha recordado, con el fin de pedir el apoyo a sus planes, que fue Mariano Rajoy quien, en una cumbre de la OTAN de 2014, se comprometió a elevar hasta el 2% del PIB español el gasto en Defensa.