Javier Milei ha servido en bandeja a Pedro Sánchez los ingredientes necesarios para arrancar la precampaña de las elecciones europeas con el mismo marco discursivo que en la campaña del 23-J, las elecciones generales que le permitieron mantenerse en la Moncloa: un plebiscito contra la extrema derecha. El presidente argentino tachó de "corrupta" a Begoña Gómez y eso ha provocado que el Gobierno ponga en marcha toda la gesticulación diplomática a su alcance para denunciar el peligro de la llegada al poder de las formaciones ultras. El mismo domingo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, comparecía desde la Moncloa para anunciar que llamaría a consultas a la embajadora española en Argentina; y este lunes ha elevado la intensidad del choque convocando en la sede del Ministerio al embajador de la Argentina en España y amenazando de romper las relaciones entre ambos países. Mientras tanto, el PP intenta no tropezar dos veces con la misma piedra que el 23-J le barró la entrada a la Moncloa: rectifica este lunes su discurso respecto de este domingo lamentando las declaraciones de Javier Milei y al mismo tiempo denunciando la sobreactuación por parte del PSOE. Este mismo lunes, Pedro Sánchez ha exigido "patriotismo" al PP porque "defender las instituciones españolas de las difamaciones no entiende de 'peros'". 

 

El PSOE, sabedor que el señalamiento a los peligros de la extrema derecha lo mantuvieron en la Moncloa hace ahora casi un año, ya ha empezado a articular su discurso en esta dirección desde hace semanas. Hace prácticamente un mes, Pedro Sánchez publicaba una carta en su cuenta de Twitter diciendo que necesitaba cinco días de "reflexión" después de sentirse víctima —según su discurso— del "fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política". También el presidente del Gobierno tachaba la semana pasada de "encuentro de ultraderechistas" el acto que Vox ha celebrado este pasado fin de semana en Madrid con personalidades mundiales de este espacio. También participó, por ejemplo, la francesa Marine Le Pen; y la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orbán lo hicieron de forma telemática. El presidente español denunciaba en un desayuno informativo que muchos derechos alcanzados por la ciudadanía en las últimas décadas que "parecían irreversibles están retrocediendo" por culpa de estas formaciones.

Este mismo lunes, Pedro Sánchez ha redirigido la contraofensiva hacia Alberto Núñez Feijóo: "Defender las instituciones españolas de las difamaciones que puedan hacer otros mandatarios no entiende de ‘peros’; más allá de la ideología hay la educación y el patriotismo”, ha aseverado. También ha acusado Santiago Abascal de hacer una “apelación directa a la violencia política” cuando este fin de semana dijo que al PSOE se le tendría que expulsar de la Moncloa “a patadas y porrazos”.

Minutos antes, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha acusado a PP y Vox de "convertir Madrid en el epicentro de la internacional de la ultraderecha". "Deslegitiman el gobierno de España", ha lamentado, además de exigir al PP una condena más clara a las palabras de Javier Milei. Ha denunciado que el partido de Alberto Núñez Feijóo es "socio de la ultraderecha" en múltiples gobiernos en el Estado. "Asistimos con preocupación al auge de la extrema derecha, que ha escogido España como epicentro", ha añadido.

En estas elecciones europeas que se celebrarán el 9 de junio, el PSOE pretende redirigir su discurso contrario a las políticas reaccionarias a través del ecologismo, el campo de conocimiento de la candidata: la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica desde 2018. Los socialistas afirmaban, cuando hicieron pública la decisión de colocar a Teresa Ribera al frente de la lista europea, que la vicepresidenta "seguirá frenando las tentaciones 'retardistas' o el rechazo de la agenda verde por parte de la derecha, defendiendo la máxima ambición y la justicia social en las políticas climáticas y el desarrollo de energías renovables como motores del éxito de la Unión Europea".

 

De las acusaciones de drogarse a las de corrupción: el choque institucional entre España y Argentina

El choque diplomático entre España y Argentina de este fin de semana ha llegado semanas después de que se produjera otro conflicto de la misma naturaleza entre ambos ejecutivos. Quien encendió entonces la mecha fue el ministro Óscar Puente, que bromeó con el mandatario sudamericano acusándolo de drogarse. El máximo responsable del departamento español de Transportes acabó admitiendo el "error", después de que el gobierno de Buenos Aires denunciara las palabras de Puente.

El PP toma distancia de Vox: critica a Milei y al mismo tiempo denuncia la sobreactuación del PSOE

Si el PP no es el actual inquilino de la Moncloa es, probablemente, porque le pasó factura en las urnas del 23-J haber llegado a incontables pactos con Vox después de las elecciones autonómicas y municipales del 28-M. Este domingo, a través de un comunicado, los populares se lavaban las manos en este nuevo conflicto diplomático: "No participemos de la estrategia del PSOE". 24 horas más tarde, con el fin de evitar tropezar con la misma piedra que hace un año, los populares acercan posiciones con los socialistas. El popular Esteban González Pons ha criticado la sobreactuación por parte de los socialistas porque la esposa de Pedro Sánchez "no es un asunto de Estado", pero al mismo tiempo ha lamentado la actuación de Javier Milei. "El presidente de Argentina no puede en su primer viaje a España venir sin saludar al rey, sin saludar al gobierno, sin saludar al Parlamento, y entrar en un acto político de un partido y remover la política nacional española", ha manifestado.

Abascal, a galope de Milei

Días después de la incontestable victoria de Javier Milei en Argentina, fuentes de la capitanía de Vox reconocían que empiezan a llegar tarde en la hazaña de conseguir llegar en algún momento al poder: en Europa ya han aparecido líderes ultras como Viktor Orbán o Giorgia Meloni, con Marine Le Pen como la principal alternativa durante los últimos años en Francia, así como personajes internacionales como Donald Trump, Jair Bolsonaro o el nuevo presidente argentino. Consideraban que una de las maneras de soñar con hacer un sorpasso al PP sería endurecer todavía más su discurso; en una línea similar a la del nuevo presidente argentino.

Por eso desde Vox se sienten beneficiados con el choque diplomático que ha estallado este fin de semana. Este lunes por la mañana, la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, abrazaba las declaraciones de Milei y también daba por hecho que Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, era protagonista de una trama de corrupción. Mientras tanto, Milei no ha bajado el tono y en las últimas horas no hace nada más que retuitear en su cuenta de Twitter memes para burlarse del presidente del Gobierno.