La visita del presidente español, Pedro Sánchez, a Barcelona para participar en un mitin del PSC, no ha servido, como se esperaba para plantear ninguna propuesta al Govern de Quim Torra ni a los grupos independentistas para conseguir su apoyo a los presupuestos. No obstante, el líder del PSOE ha dejado clara la seguridad en su proyecto y ha enviado un mensaje a los líderes del PP y Cs, Pablo Casado y Albert Rivera, que le reclaman elecciones ya y a los cuales ha citado explícitamente: "Que esperen sentados gobernaremos hasta el 2020", ha asegurado. El freno al pacto que encarnan PP, Cs y Vox en Andalucía que Sánchez ha descrito como Voxsonaros -en referencia al presidente de Brasil- y Miquel Iceta como trifachitos se ha convertido en el motor y eje central de todo el argumentario socialista.
Sánchez se ha limitado a reiterar algunas de las líneas generales de las cuentas que el Consejo de Ministros aprobó el viernes. No ha planteado ninguna propuesta concreta de inversiones para Catalunya, ningún ofrecimiento al Govern ni a los grupos independentistas en el Congreso a los cuales reclama el voto y que en estos momentos se debaten sobre la conveniencia o no de permitir la tramitación del proyecto.
Eso sí, el presidente español ha advertido que "la crisis catalana no se resolverá en dos meses ni en tres", que hace falta "sentido común y sentido de Estado". "Necesitamos que el independentismo pase del monólogo al diálogo", ha remachado. Y punto. Estas han sido todas sus propuestas por lo que respeta el debate catalán.
Sin mayoría social
De hecho, el discurso de Sánchez se ha dirigido a relativizar la fuerza de los independentistas a los cuales ha advertido que las sucesivas votaciones que se ha producido los últimos años han demostrado que "no tienen la mayoría social en Catalunya". Ninguna referencia, sin embargo, a su voto en el Congreso, imprescindible para garantizar que los presupuestos se puedan tramitar.
Tan pronto como ha tomado la palabra, el líder socialista ha querido homenajear a los alcaldes del PSC que han tenido que hacer frente a "momentos muy difíciles en la convivencia entre catalanes", lo cual incluso, según ha dicho, afectó a sus familias y sus hijos.
Tampoco la ministra Meritxell Batet ha extendido ningún nuevo puente hacia ERC y PDeCAT para facilitar su apoyo a los presupuestos. Mientras el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha sentenciado con un "el no es imposible", que aparece como la clave de la estrategia de los socialistas en la negociación con los grupos independentistas. "Será imposible decir para alguien que gobierna por los intereses de los catalanes el haber patrocinado un voto negativo a estos presupuestos", ha argumentado Iceta.
Los voxonaros de la política española
Vox se ha convertido en el gran argumento para blindar al gobierno del PSOE. El discurso que los socialistas han desplegado hoy en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona ha enfrentado la continuidad del gobierno socialista con la emergencia de una derecho que Sánchez ha descrito como "quiebra moral e ideológica" de la derecha española. "Son los voxsonaros de la política española", ha asegurado el líder del PSOE mientras Iceta hablaba del "trifachito".
Ante el pacto en Andalucía con la ultraderecha española, los socialistas han optado por invocar sus raíces y Sánchez no ha dudado en citar a Willy Brandt, Olof Palme, François Mitterrand, Jacques Delors o al mismo Felipe González. "Tenemos que reivindicar muchas cosas del pasado", ha asegurado Sánchez.
Y el PSC se lo ha tomado a rajatabla. En la primera fila, aparte de los alcaldes más destacados de la formación, se sentaban los exprimeros secretarios Pere Navarro, José Montilla, Raimon Obiols, el cual incluso ha sido citado por Iceta durante su intervención.
El recurso al fondo de armario no se ha limitado al partido. También al Ayuntamiento de Barcelona donde tanto Batet como Iceta han citado a los alcaldes del PSC Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu, el único que hoy estaba presente en el acto.
Con este acto, el PSC ha dado el pistoletazo de salida de la campaña de las elecciones municipales y, en particular de su candidato a Barcelona, Jaume Collboni, que ha cargado especialmente contra la alcaldesa Ada Colau, de la cual ha asegurado que "cuando ha tenido que escoger entre los independentistas y los intereses de Barcelona, ha escogido independentistas" y contra el candidato de Ciutadans, Manuel Valls, que ha descrito como "el embajador del pacto de la vergüenza", en referencia a la participación de Cs en el acuerdo con Vox en Andalucía.
"Yo soy l'heredero de la tradición de Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu", ha proclamado el alcaldable.