Al día siguiente que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviniera en el congreso confederal de la UGT, ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha participado en el plenario. Sánchez ha aterrizado en Barcelona en medio la polvareda levantada por las informaciones que señalan al fiscal general del Estado y a la propia Moncloa tras las filtraciones del caso contra el compañero de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Todo ello, tras batallar desde el jueves de la pasada semana contra las acusaciones del empresario Víctor de Aldama dirigidas a miembros del Gobierno y de la cúpula del PSOE.
Ante los congresistas, Sánchez ha apelado al orgullo por el trabajo conseguido por el Gobierno socialista, "a pesar del ruido, las infamias, las difamaciones y todo lo que quiera decir la derecha, que ha renunciado al debate político". El presidente español ha asegurado que la derecha no les ha perdonado que hubieran ganado la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy, como tampoco les ha perdonado la victoria en las urnas el 2019 o mantener el gobierno después de las del 2023, pero a pesar de todo ha pronosticado que volverán a ganar en el 2027. No solo eso, ha dejado claro que no tiene ninguna intención de tirar la toalla. "Cuando me dicen: aguanta, Pedro. Os lo agradezco, de corazón. Pero digo una cosa, tres años y los que vienen después de estos tres años," ha asegurado, dejando claro que tiene intención de resistir esta legislatura y optar a la siguiente.
"Quieren hacernos desistir"
A las puertas del congreso que celebrará el PSOE a partir del viernes en Sevilla, Sánchez ha situado los ataques contra él en una campaña abierta contra toda la izquierda. Se ha dirigido directamente al secretario general de la UGT, José María Álvarez, para revelar que en conversaciones privadas el líder sindicalista le ha explicado que no puede pasear por determinados barrios y calles de algunas ciudades porque le reconocen y le recriminan su trabajo, por lo cual le ha agradecido que vuelva a presentarse a la reelección. "Los ataques que sufrimos en el ámbito personal y político tienen un objetivo, hacernos desistir, y que el mundo progresista piense que, en fin, que esta batalla no tiene más remedio que la resignación," ha alertado.
Sánchez ha asegurado que se siente "profundamente orgulloso" de ser militante de la UGT, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno que lidera España desde hace seis años, porque ha asegurado que están "en el lado correcto de la historia". "Hay muchas crisis, pero hay dos maneras de afrontarlas, por la derecha o por la izquierda, o lenta y con recortes o con justicia social," ha sentenciado.
Según el presidente, estar en el lado correcto de la historia, quiere decir "ser conscientes de que no hay crecimiento económico si no se redistribuye, que la migración es fuente de riqueza, y rechazar siempre los discursos xenófobos y racistas que alimenta la derecha." "Es posible, con gobiernos en coalición y minoría parlamentaria. Hemos hecho cosas que eran inimaginables, como la reforma laboral, reconstruimos el pacto de Toledo, y avances en vivienda o contra violencia contra las mujeres", ha asegurado ante un público entregado y después de escuchar el apoyo sin fisuras que le ha expresado al secretario general de la UGT.