Mientras Jéssica Albiach sigue reiterando que no quiere saber nada de Junts per Catalunya, estos marcan las diferencias y tiran por un camino donde no buscan una confrontación directa y sistemática ni ningún personalismo.
El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, ha hecho el matiz en declaraciones a Catalunya Ràdio: "Nosotros no vetamos a nadie, queremos una mayoría independentista". Y sobre la posibilidad que la periodista Laura Rosel le ha planteado de entenderse con la entrada de los comunes, concluye: "Si ellos acaban aceptando una propuesta independentista, adelante".
Aunque ha aclarado que no saldrán o entrarán de un futuro Govern dependiendo del papel de estos: "Este no es el debate". Y tampoco ha escondido el malestar que provoca dentro de su partido la etiqueta de derecha rancia que les pone Albiach: "¿Quién me dirá que soy de derechas a mí, la señora Albiach? Todo el mundo sabe que la derecha en Catalunya no es Junts".
"Empate" entre ERC y Junts
La premisa de Sànchez rema en dos objetivos: gobierno fuerte independentista y poner en valor que, por primera vez, este voto ha llegado al 50%. En la diferencia con Esquerra, concluye que las cosas no han cambiado tanto si miramos atrás: "La hegemonía no la tiene en el 2017 Junts, ni ERC en el 2021. El electorado, que tiene un sentido común más elevado que los partidos, ha acabado diciendo lo mismo que entonces: 'aquí hay dos estrategias sobre cómo resolver un conflicto político y no decimos quién tiene la razón, sino que os tenéis que entender'".
Sànchez considera que se tiene que recoger el guante de esta lectura de resultados y que hay "la obligación de encontrar un encaje" porque el electorado ha acabado dando un empate, pero se han invertido las tornas y el liderazgo, ahora, le corresponde a ERC". Por eso, Junts afirma que se pone a disposición de empezar a trabajar y tiene en cuenta que la CUP "tiene que decidir si quiere estar fuera o dentro del Gobierno".
Para el líder independentista encarcelado, lo más importante es ser fuertes en el Parlamento: "Tiene que haber un bloque que sostenga una mayoría sólida". En clave de autocrítica, considera que las discrepancias con los republicanos vienen derivadas de una falta "de acción política" conjunta en los últimos cuatro años: "El problema no ha sido repartir carteras sino las miradas, cómo relacionarse con el Estado y cómo vertebrar la resolución del conflicto político".
El 50% del voto independentista "histórico"
En lo que confía Sànchez es que no habrá que llegar al 26 de marzo, el plazo final para poner en marcha una nueva legislatura, para llegar a un entendimiento: "No lo cerraremos a última hora".
Pero advierte que para ser fuertes nadie puede ir "por vías partidistas". En la importancia del 50% del voto independentista, sí lamenta los 77.000 votos del PDeCAT que no han obtenido representación parlamentaria: "Junts no los ha perdido, los hemos perdido todos y ya hablamos de la utilidad de los votos, pero forma parte del pasado".
La Fiscalía "es grosera"
Sobre la petición de la Fiscalía de retirar el tercer grado a los presos políticos que han hecho campaña en las últimas semanas, Sànchez considera que las formas de este órgano jurídico son "groseras, no se han esperado ni 24 horas" después de las elecciones. Nuevamente, la falta de argumentos de la Fiscalía vuelve a ponerse en evidencia: "Siempre alegan el riesgo de huida y siempre hemos optado, como Pablo Hasél, por quedarnos, aunque el exilio es una opción totalmente legítima".
El secretario de Junts recuerda que lo que cuenta es la amnistía: "Un indulto, que ni yo he pedido, no es la solución, sino una medida de alcance limitado. Y sólo afectaría a nueve personas que están en tercer grado, pero dejaría fuera a los del exilio y los millares de procesados en otras causas":