El líder de la ANC, Jordi Sànchez, y el de Òmnium, Jordi Cuixart, ya han pasado la primera noche en la prisión, después de que la Audiencia Nacional pidiera para ellos la prisión preventiva por los delitos de sedición. Se les acusa de haber "animado" a las masas durante la manifestación del 20 de septiembre delante de la sede del Departament d'Economia.
La concentración se produjo de manera espontánea después de la detención de 14 altos cargos en relación con la organización del referéndum del 1 de octubre, aunque después desde las redes de difusión del ANC y Òmnium se informó de las concentraciones. Ahora bien, hacia la noche, y al ver que muchos ciudadanos no tenían la intención de abandonar la manifestación, Sànchez y Cuixart pidieron repetidamente disolver la manifestación y que todo el mundo se marchara a casa.
La jueza Carmen Lamela, sin embargo, considera que Sànchez y Cuixart hicieron una actuación "orientada a impedir la aplicación de la ley" y asegura que "no se trataba realmente de concentraciones pacíficas y tampoco de una protesta aislada contra determinadas actuaciones del juzgado o de la Guardia Civil". Además, defiende que Sànchez y Cuixart "se dirigieron a los manifestantes animando la masa".