El viraje de Pedro Sánchez en el Sáhara Occidental supone enterrar la autodeterminación de este pueblo, que recogían las resoluciones de Naciones Unidas y también el programa electoral del PSOE. A cambio, ha aceptado la propuesta de autonomía limitada propugnada por Marruecos. Aun así, el presidente español ha defendido que la nueva posición española se encuentra "dentro del marco de Naciones Unidas" y ha argumentado que es la adoptada por Alemania, Francia o la Comisión Europea. El dirigente socialista también ha admitido su posición de debilidad ante Rabat, que ha llevado al cambio de opinión: "La situación era absolutamente insostenible".

Estas declaraciones, las primeras del presidente español en cinco días sobre esta cuestión, las ha hecho desde el enclave de Ceuta, donde se ha desplazado este mediodía después de la sesión de control en el Congreso de los Diputados. Allí ha sido recibido por el presidente de la comunidad autónoma, Juan Jesús Vivas, que a pesar de ser del PP ha celebrado el acuerdo, que llega después de diez meses después de la entrada masiva de migrantes favorecida por las autoridades marroquíes.

En una breve comparecencia ante los medios, Pedro Sánchez ha defendido la negociación, de la que ha salido "un buen resultado para España y Marruecos". Ha defendido que permite "cerrar el capítulo" de la crisis migratoria del año pasado, pero también que "pone las bases para una relación mucho más sólida y fuerte" y consolida algunos aspectos, como los que tienen que ver con el control de los flujos migratorios. "Contribuye a una relación sólida y sincera basada en el respeto mutuo y la integridad territorial; es una fantástica noticia para España y Marruecos", ha remachado.

 

El presidente del Gobierno ha admitido implícitamente su posición de debilidad ante Marruecos, que ejercía presión en la frontera. "El gobierno era consciente desde hace diez meses que la situación era absolutamente insostenible", ha asegurado al dirigente socialista. "No era sostenible tener las relaciones cortadas", ha insistido. Y ha remachado: "Había un problema que era necesario resolver".

Con respecto a la cuestión del Sáhara Occidental, Sánchez ha recordado cómo España "ha seguido la posición que también han manifestando otras naciones muy potentes, como Francia, Alemania o la misma Comisión Europea". Por otra parte, también ha sostenido que la posición española "no deja de ser las propuestas recogidas en las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", que la solución se tiene que acordar entre las partes afectadas. Y ha vuelto al punto de origen: "La crisis no podía sostenerse más".

Otra derivada es la posible afectación en las relaciones con Argelia. Al respecto, el mandatario español ha subrayado que "es un acuerdo entre el gobierno de España y el Reino de Marruecos", y que "con Argelia también tenemos unas relaciones extraordinarias".

Acuerdo con los transportistas

Entre tanta expectación por las primeras palabras de Pedro Sánchez sobre esta cuestión, también se ha colado algún otro tema, como la huelga de transportistas. El presidente del Gobierno ha confirmado que la nueva reunión con el sector se ha adelantado a mañana. "Nos sentaremos y no nos levantaremos hasta que haya un acuerdo viable y sostenible desde el punto de vista financiero, y adaptado a las necesidades y urgencias del sector", ha asegurado Sánchez, que ha expresado "máxima empatía y actitud de diálogo en este contexto tan difícil".