Una de las dudas del 12-M era si las elecciones catalanas acabarían desempatando el duelo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo que se ha ido disputando en varias citas electorales del último año: 28-M, baño de Feijóo; 23-J, remontada de Sánchez; 18-F gallego, mayoría absoluta del PP; y 21-A vasco, una aritmética que mantiene intacta la estabilidad del Gobierno. El triunfo incontestable del PSC el 12-M ha arraigado a Pedro Sánchez en la Moncloa —a la espera del juego de alianzas catalán— y le ha permitido poner en marcha una campaña en España en la que defiende que “tenía razón” cuando apostaba por anestesiar al independentismo a través del “perdón”. El PP, mientras tanto, ha visto cómo su sucursal catalana disparaba su número de votos y escaños en el Parlament. Ha pasado de tener solo tres diputados a tener quince y la aritmética del hemiciclo catalán permite a Feijóo articular un discurso en Madrid de denuncia de que Sánchez es hoy día todavía más dependiente del independentismo. Pero los dos líderes tienen ahora sus ojos clavados al noveno día de junio del calendario: unas elecciones europeas que serán un plebiscito entre los dos, en medio de las negociaciones para encontrar alianzas en el Parlament y de la aprobación definitiva de la ley de amnistía en el Congreso.

🗳️ ¿Cuándo son las elecciones europeas los 2024? Calendario y fechas clave

¿Cómo saber si me ha tocado ser mesa electoral en las elecciones europeas 2024?

 

El 12-M, al fin y al cabo, ha acabado reforzando a ambos líderes. Pero Pedro Sánchez ha sido el gran ganador a causa del triunfo del PSC y la pérdida de la mayoría absoluta independentista. Futbolísticamente hablando, pues, el líder del PSOE gana ahora mismo 3-2. Fuentes del laboratorio de Ferraz consultadas por este diario explican qué datos los empujan a ser optimistas de cara a las elecciones europeas: si se suman todos los diputados conseguidos a las elecciones gallegas, vascas y catalanas (las celebradas después del empuje conseguido por los socialistas a causa de haber podido mantenerse en la Moncloa tras el 23-J), el marcador también señala victoria socialista por 63 a 62. Estos números, más bien basquetbolísticos, son los que mantienen viva la esperanza del PSOE de imponerse delante del PP en las elecciones europeas. Con respecto al número de votos en estos tres comicios autonómicos, Sánchez también le gana el pulso a Feijóo por 1.230.310 a 1.140.224. Los sondeos, sin embargo, señalan que el favorito en estas elecciones es el PP.

El juego de alianzas en el Parlament: de Madrid a Bruselas pasando por Barcelona

Las elecciones europeas se celebrarán el domingo 9 de junio. Al día siguiente, el lunes día 10, se tiene que constituir el Parlament. Eso significa, en principio, que los grupos parlamentarios catalanes tendrán que llegar al décimo día del mes de junio habiendo negociado quién se convierte en el próximo presidente del Parlament y qué correlación de fuerzas hay en la Mesa del Parc de la Ciutadella. Será la primera prueba de fuego para los partidos catalanes para demostrar qué puede pasar días más tarde en el primer debate de investidura de un president de la Generalitat. Tanto el PSC como Junts pueden intentar seducir a ERC de convertir a un republicano en el próximo presidente de la cámara, y allanar así el camino a una futura alianza de cara a la investidura de un jefe de Gobierno.

Recordémoslo: el PSC de Salvador Illa, si acaba aliándose con ERC y los Comunes, es ahora mismo la única formación capaz de arrastrar otras fuerzas políticas hacia una mayoría absoluta de 68 diputados. Pero Carles Puigdemont insiste en que la suma que él puede conseguir es más natural: una conjunción de fuerzas independentistas de 59 escaños. Eso implicaría gobernar en minoría, a la búsqueda constante de apoyos externos durante la legislatura. Salvador Illa y Pedro Sánchez ya han dejado bien claro a Junts que se olvide de esta carambola. Desde Génova, Feijóo lamentaba esta semana que el PP no esté “invitado” en estas conversaciones, “sean en Barcelona, en Madrid, en Francia o en Ginebra”, pero apuntaba en una dirección: “A las elecciones europeas sí que estamos convocados todos los españoles y, por eso, os pido una movilización de máximos para hacer sentir nuestra voz alta, clara y limpia”.

Las negociaciones para la Mesa del Parlament pueden darle la lata a Pedro Sánchez y a su candidata a las elecciones europeas: la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. Porque los socialistas sufrirán desgaste tanto si llegan al enésimo pacto con el independentismo como si Junts y ERC dejan al PSC retratado sumando entre ellos una mayoría alternativa. Es previsible que en la recta final de la campaña europea, cuando puedan filtrarse algunas de estas negociaciones, el PP haga sangre. De hecho, el martes Alberto Núñez Feijóo vaticinaba que Sánchez “esconderá” sus pactos a Catalunya hasta después de las europeas porque “no hará caso a lo que han dicho las urnas”. Los populares pondrán el dedo en la llaga tanto si la moneda marca cara como si marca cruz. Y también lo harán con la ley de amnistía.

El primer plebiscito a gran escala sobre la amnistía

Y es que desde hace meses, el PP erige las elecciones europeas en una gran batalla para someter a validación los acuerdos entre el PSOE y el independentismo, especialmente, la ley de amnistía. Después de que gallegos, vascos y catalanes hayan sido los primeros ciudadanos del Estado a acudir a las urnas después del 23J, desde Génova insisten que ahora es el momento para que el conjunto de los españoles emita un veredicto. “Por fin, tendremos la palabra todos los españoles, la oportunidad de expresarnos sobre qué pasa en nuestro país y hacernos escuchar en Europa ante un Gobierno que censura y ataca masivamente el Estado de derecho”, decía Feijóo hace seis días. Y este pronunciamiento no llegará en un momento cualquiera. Si nada cambia, el jueves 30 de mayo, justo en medio de la campaña, la amnistía recibirá el sello final. El definitivo. Será el día que el Congreso de los Diputados levantará el veto que aprobó el Senado y, consiguientemente, enviará la ley al Boletín Oficial del Estado.

 

Eso abrirá un escenario de incertidumbre a la espera de que la norma que tiene que acabar con la persecución judicial contra el independentismo aparezca negro sobre blanco en el BOE. Es un trámite que no está tasado. Por lo tanto, hasta aquel momento no sabremos si la amnistía se publicará en el BOE antes de las elecciones europeas y si sus efectos inmediatos y las primeras maniobras de los jueces se producirán en los últimos días de campaña. Dos ejemplos para coger perspectiva: la Ley del ‘solo sí es sí’ y la reforma del Código Penal en materia de maltrato animal tardaron trece días en aparecer al BOE.

El PP se vuelve a movilizar para hacer frente a la amnistía

En todo este contexto, el Partido Popular apuesta por volver a salir a la calle. Y lo hará el tercer día de campaña. Los populares convocaron hace quince días una nueva concentración en contra del Gobierno y de la ley de amnistía. Será el domingo 26 de mayo, en la Puerta de Alcalá, para protestar “contra la amnistía, contra la política de bulos de Pedro Sánchez y contra la sospecha de corrupción sobre su gobierno, su partido y su entorno”, según explicó el portavoz del PP, Borja Sémper. Previamente, Alberto Núñez Feijóo había esgrimido la necesidad de “defender la democracia, la independencia judicial y la libertad de prensa” por “higiene democrática”.

La concentración del PP, que tendrá que presentar y vender como un acto de campaña para no vulnerar la ley electoral, será la cuarta que convocan los populares al compás del calendario político y parlamentario. La primera muestra de músculo fue el 24 de septiembre en la Avenida Felipe II, dos días antes de la investidura fallida de Feijóo. Aquel día, el líder del PP equiparó la amnistía a un “cambio en el régimen constitucional”. La segunda, a las puertas de la investidura exitosa de Sánchez, fue en la Puerta del Sol y sirvió para que Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y José María Aznar se alzaran contra la amnistía. “Nos encargaremos de devolver golpe por golpe”, avisó la presidenta madrileña. Finalmente, la última se convocó a finales de enero, dos días antes del pleno que tenía que aprobar la ley de amnistía y enviarla al Senado (y que al final sirvió para que Junts la congelara y ganara tiempo para pulir el redactado). Desde la Plaza de España, y al lado de Mariano Rajoy, Feijóo llamó a la “rebelión” contra PSOE y Junts en medio de alabanzas al juez Manuel García-Castellón.

Sánchez: “Los que apostamos por el perdón teníamos razón”

Pedro Sánchez ha empezado ya a construir su contraataque a las ofensivas del PP con la amnistía. Es, sencillamente, asegurar que las elecciones del 12-M han avalado su estrategia política para desinflamar el conflicto político entre Catalunya y España. “Teníamos razón los que apostamos por el perdón, la generosidad y reencuentro, y los que pensábamos que la unidad de España no se construye con el enfrentamiento territorial”, manifestaba el presidente del Gobierno este jueves en su primera valoración delante de los micrófonos sobre el resultado de las elecciones catalanas. “Ha valido la pena”, ya decía la portavoz del PSOE, Esther Peña, la misma noche electoral.

El PP y sus prespectivas de crecimiento 

En el PP están convencidos de que una de los claves de la campaña y de un buen resultado electoral será “priorizar el centro”, como apuntaba el martes un barón popular. Desde el entorno de Feijóo, doblan la apuesta y consideran que, mientras en Catalunya el PP ha crecido por el centro, en España las encuestas indican que suben “a costa de todos los partidos”. Las mismas voces tienen claro que son la única formación que tiene “garantizada una subida”, señalan que, después del 12-M, se ha constatado que el PSOE “envía voto de centro” al PP y celebran que estén ganando la “batalla por el centro”. Además, insisten que, mientras en Catalunya los socialistas pueden tener “el salvavidas del independentismo” para recuperar votos, eso “no pasa en otros territorios”. Otro de los presidentes autonómicos del PP pronosticaba que la campaña electoral será “intensa” y se ponía como deberes “movilizar más” que en unas europeas normales con el objetivo de “ganar con distancia” con respecto al PSOE.

Fuentes del entorno de Feijóo también apuntan a la voluntad de que “la foto de Sánchez-Puigdemont sea el cartel del PSOE”. No tanto en el sentido de la reunión entre los dos líderes que se anunció hace meses, como en el retorno a Catalunya del presidente en el exilio. Además, explican que las elecciones en el País Vasco y en Catalunya el PP no puede apelar a los votantes a través de la gestión porque no tienen opciones reales de gobernar y, por lo tanto, asumen que la campaña tiene un componente más emocional. Ahora, en cambio, gobernando en doce comunidades autónomas, sí que podrán “vender gestión”. Gestión sumada a la oposición feroz contra Pedro Sánchez: “Tenemos que demostrar que España está cansada de un gobierno rehén del independentismo, que no se preocupa de la mayoría de españoles y que continúa cerrado por presuntos escándalos de corrupción cada vez más graves”, proclamaba Feijóo delante de los barones del PP.

La figura de Dolors Montserrat, una “catalana hasta la médula”

La candidata del PP en Europa será la catalana Dolors Montserrat, que repite una responsabilidad que ya asumió en 2019. Su figura sonó durante semanas como posible cabeza de lista en las elecciones catalanas el 12-M, pero al final se impuso Alejandro Fernández. Eso sí, Feijóo quiso que siguiera de cerca los pasos del candidato y la situó como jefa de campaña. De hecho, las felicitaciones la noche del 12 de mayo eran bicéfalas: hacia Fernández y hacia Montserrat.

El perfil de Dolors Montserrat, que fue ministra de Sanidad durante un año y medio con Mariano Rajoy, es del agrado de Génova. Cuando anunció que sería la número uno de la lista, Feijóo hizo valer que esta elección muestra el “planteamiento y compromiso del PP con Catalunya” y acredita la “prioridad” de Catalunya para el PP. “Es catalana hasta la médula”, presumió, argumentando que es “triplemente catalana” porque aparte de llamarse Dolors, sus dos apellidos son Montserrat y Montserrat.

El PSOE de Teresa Ribera, contra la extrema derecha

Si Pedro Sánchez consiguió mantenerse en la Moncloa después de las elecciones generales del 23-J fue por haber encapsulado aquella campaña en un plebiscito entre las fuerzas progresistas y el auge de la derecha y la extrema derecha. El discurso de cara a las elecciones europeas del 9-J será el mismo: existe el riesgo de que la próxima legislatura europea esté influenciada por el auge de partidos ultras, y el discurso del presidente del Gobierno posterior a sus famosos cinco días de “reflexión” han pivotado en torno a eso: ser una víctima del “barro” y de la desinformación.

Delante de eso, el PSOE pretende redirigir su discurso contrario a las políticas reaccionarias a través del ecologismo, el campo de pericia de la candidata: la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica desde el año 2018. Los socialistas afirmaban, cuando hicieron pública la decisión de colocar a Teresa Ribera al frente de la lista europea, que la vicepresidenta “seguirá frenando las tentaciones retardistas’ o el rechazo de la agenda verde por parte de la derecha, defendiendo la máxima ambición y la justicia social en las políticas climáticas y el desarrollo de energías renovables como motores del éxito de la Unión Europea”.