Empezar un mitin a las seis de la tarde en Alcalá de Henares y pretender estar sobre las siete y media en Barcelona es imposible. Pedro Sánchez no ha cumplido el horario y ha llegado una hora tarde al acto de final de campaña del PSOE, que por primera vez un presidente del Gobierno de España ha escogido cerrar en Catalunya. Consciente de que las encuestas oscurecen el panorama de este 10-N, los dirigentes socialistas han optado por apelar a las entrañas: despertar el miedo a VOX y al independentismo. Lo han hecho ante 3.000 militantes y simpatizantes entregados, en la Fira de Barcelona.

Todos los que han pisado el escenario, desde Miquel Iceta a Jaume Collboni, han pedido el voto a los socialistas por tres razones: "superar el bloqueo", "frenar a los franquistas" y tener un gobierno "progresista que luche por la justicia social". Hoy Sánchez ha escogido el traje de líder netamente de izquierdas, con las promesas estrella de derogar la reforma laboral, ilegalizar la Fundación Francisco Franco o subir las pensiones. Ni una palabra del anuncio que hizo durante el debate del lunes, cuando se comprometió a volver a penalizar como delito la convocatoria de referéndums.

En un intento de marcar perfil propio en la gestión de la crisis catalana, el aspirante del PSOE a la reelección ha señalado que "los catalanes no quieren ser salvados por el PP, quieren un partido de concordia y diálogo". En este sentido, ha dibujado un escenario binario, donde la única elección posible es entre "el avance", que según ha afirmado representa su candidatura, o el "retroceso" de la derecha, porque desde su punto de vista en España hay ahora "un problema de extremismos".

La última vez que los socialistas catalanes ganaron unas elecciones generales en Catalunya fue en 2008, con Carme Chacón como cabeza de lista. Desde entonces han quedado por detrás primero de CiU, después de los comunes y finalmente de ERC. Sánchez se ha mostrado confiado de que esta vez "Catalunya volverá a teñirse de rojo". Y que eso pase es determinante para unos buenos resultados en España. Hoy, Sánchez ha tenido de nuevo una bienvenida en forma de protesta por parte de un grupo de CDR.

Aparición virtual de Batet

Si bien la intención inicial era que Meritxell Batet pudiera incorporarse con la campaña ya en marcha, finalmente el PSC ha completado la carrera hacia el 10-N sin su candidata. La también presidenta del Congreso sigue de baja por prescripción médica. Una situación que se alarga ya desde hace dos semanas.

Con todo, los socialistas han querido hacerla aparecer en el último mitin a través de un mensaje grabado en vídeo. En la grabación, Batet invita a "aprovechar las últimas horas" para ir a votar "por tres razones: frenar a VOX, rehacer todo aquello que los independentistas han estropeado, todo el sufrimiento, y porque no podemos permitir que el discurso del odio nos gobierne".

Iceta aprovecha para hacer campaña para las catalanas

A lo largo de las dos últimas semanas, la ausencia de Batet se ha suplido con el reforzamiento de la participación del candidato en el Senado, Manuel Cruz y, especialmente de Miquel Iceta, que ha aprovechado esta campaña para venderse también como presidenciable para la Generalitat de Catalunya, con la mirada puesta a unas inminentes elecciones catalanas.

Además de defender que la mejor opción para los catalanes es que en España haya un gobierno encabezado por Pedro Sánchez, que lidere "una segunda oleada progresista" y apueste por el "diálogo", Iceta se erige como el único representante del "catalanismo constructivo que no quemaba contenedores, que quería encabezar la reforma en España".

Borrell y los Balcanes

Uno de los que ha actuado esta noche en Barcelona es Josep Borrell, muy activo durante estos días de campaña. El todavía ministro de Exteriores en funciones ha empezado refiriéndose a una reunión que ha mantenido en Ginebra con representantes de los Balcanes. "Allí hubo 25.000 muertos, cuando oigo que todavía aquí alguien habla de hacer como Yugoslavia, Eslovenia o Kosovo pienso que han perdido el juicio".

Borrell ha puesto como ejemplo de prosperidad, en contraste con el independentismo, la caída del muro de Berlín, ha dicho sentirse "harto de escuchar hablar a Torra en nombre de todos los catalanes" y ha dejado claro que pueden sacar su nombre de una calle de la Pobla -su localidad natal-, pero que no le sacarán la "identidad catalana".

Collboni, desenfrenado

El encargado de caldear el ambiente cuando todavía se iba llenando el recinto ha sido Jaume Collboni. Entre el DJ y la actuación musical en directo, el primer teniente de alcalde de Barcelona ha sido tan breve como contundente. Su mensaje, contra los protagonistas de los enfrentamientos con la policía durante las protestas de las últimas semanas, "los violentos que levantaban barricadas".

"Les quiero decir a estos que todavía hoy se dedican a lanzar amenazas que vuestras barricadas de odio no nos harán callar, que vuestras hogueras no quemarán el futuro de este país," ha advertido Collboni, que ha añadido que los socialistas catalanes están "para plantar cara".