"No hacemos políticas sobre el vacío; habrá que esperar a los congresos de los socios parlamentarios". Así de claro se ha expresado este miércoles Pedro Sánchez cuando se le ha preguntado sobre el calendario de los presupuestos generales del Estado de 2025. En una rueda de prensa desde Nueva York, el presidente del Gobierno ha reconocido que esperará a ver cómo respiran Esquerra Republicana y Junts per Catalunya después de sus respectivas citas congresuales para fijar el calendario de las cuentas de María Jesús Montero. "Paso a paso; primero vamos al techo de déficit", ha reivindicado el líder socialista.

 

El presidente del Gobierno, que visita la ciudad norteamericana con motivo de la Asamblea General anual de la Organización de las Naciones Unidas, ha aseverado que su ejecutivo "no renunciará a sus deberes" de aprobar los presupuestos de 2025, después de haber puesto el freno de mano cuando su pugna con Junts per Catalunya por el techo de gasto iba hacia el precipicio: ha decidido retirar del orden del día la votación de la senda y renegociarla con la formación independentista. A pesar de todo, durante su discurso en esta comparecencia ante los medios de comunicación, ha disparado contra el PP, que "mira hacia otro lado y vota en contra de poner 12.000 millones de euros para las comunidades autónomas". Dicho esto, ha aseverado que el "Plan A" del ejecutivo que preside es aprobar las cuentas.

Cambio de estrategia negociadora con Junts

El caso es que el presidente del Gobierno ha puesto el freno de mano y ha cambiado de estrategia con Junts per Catalunya. En un día y medio, y después de la reunión en Suiza, ha hecho un repóquer gesticular con los independentistas de Míriam Nogueras: retirar el techo de déficit del orden del día del jueves en el Congreso, aceptar una negociación sobre este tema, enviar una carta a Europa para reclamar la oficialidad del catalán, reactivar las comisiones de investigación sobre la operación Catalunya y el 17-A, y comprometerse a desclasificar los informes del CNI sobre los atentados del 2017. Y ha, también, accedido a debatir en la cámara baja sobre otorgar al Centro Nacional de Inteligencia de una mayor transparencia.

Conflicto diplomático con México

Paralelamente, también ha sido preguntada por la polémica toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, que ha decidido invitar a su acto al presidente del Gobierno, pero no a Felipe VI. El argumento de la política mexicana es que España todavía tiene que pedir perdón por la conquista y el genocidio que los castellanos cometieron en el continente sudamericano durante la colonización.

Pedro Sánchez ha evitado pedir disculpas cuando ha sido preguntado por los periodistas sobre esta cuestión; pero ha opinado que la decisión de la presidenta electa mexicana es "inexplicable" e "inaceptable". Ha manifestado también su "frustración" al ver que la decisión se toma desde un nuevo ejecutivo progresista. "Parece que no puedo normalizar nuestras relaciones políticas con una cosa que España ya ha fijado la empatía con la sociedad mexicana", ha añadido el líder socialista.