La tormenta ha sido colosal, tanto de la derecha y la extrema derecha como de barones y viejos dirigentes socialistas. Pero Pedro Sánchez parece determinado a conceder los indultos a los presos políticos independentistas. Hoy lo ha reiterado desde Alcalá de Henares, donde ha celebrado una cumbre con el gobierno populista de Polonia. Desde el paraninfo de la universidad, el presidente español ha insistido en que hace falta "recomenzar" y "transitar de un mal pasado a un futuro mejor". Y ha asumido el eventual coste político. Ha evitado poner fecha a la medida gracia, aunque apunta a finales de junio o principios de julio. También ha esperado reunirse con el president Pere Aragonès en La Moncloa antes de reactivar la mesa de diálogo.
Preguntado justamente por el hipotético coste político de indultar a los dirigentes independentistas, el presidente del Gobierno ha rebatido la mayor: "Ayudar a resolver los problemas no representa un coste. El coste para el país sería dejar las cosas enquistadas". Dicho esto, ha tirado atrás hasta su discurso de investidura, donde habló de "desjudicialización" y de "retomar la vía de la política". Eso significa, para Sánchez, "volver a la senda del diálogo, la negociación y el pacto dentro de los márgenes que nos permite la Constitución".
En este sentido, el dirigente socialista ha defendido que hace falta "recomenzar y volver al punto donde las dos partes dejamos de escuchar y entender los argumentos y las razones de la otra parte". Y que la resolución de una crisis tan duradera como esta no será "inmediata", sino que requiere "paciencia, empatía, dotes de negociación y generosidad". Por eso, la decisión que tome sobre los indultos, será "en conciencia" y una decisión "que nos permita transitar de un mal pasado a un futuro mejor". Ha vuelto a referirse a conceptos como "concordia, convivencia, conciliación o cohesión".
Más allá de preparar el terreno, el presidente Sánchez no ha querido adelantar plazos, aunque podría ser a finales de junio o principios de julio. En este sentido, ha subrayado que son expedientes individuales que "tienen que construirse y armarse bien" desde un punto de vista jurídico. Por eso ha reclamado "dejar trabajar a los técnicos del Ministerio de Justicia" para que eleven su propuesta "cuando proceda".
Tampoco ha adelantado plazos sobre la reforma del delito de sedición en el Código Penal, que podría ser muy pronto según ha publicado hoy El País. El dirigente socialista se ha limitado a decir que, cuando se empezó a aplicar a los independentistas, "España aprendió una lección" porque "vimos como de desconectado estaba nuestro código penal en estos delitos respecto otros códigos penales de los países más avanzados".
Con respecto al diálogo entre el Estado y la Generalitat, Pedro Sánchez ha situado como primer hito la reunión protocolaria con el nuevo president de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palacio de La Moncloa, que todavía no tiene fecha fijada. "Luego ya habrá tiempo para reunirnos no una, sino muchas veces", ha concluido al respecto.
Sánchez responde a Marruecos
Por otra parte, La Moncloa también responde a Marruecos, en una pugna que continúa. "No es admisible que el gobierno marroquí diga que se atacan las fronteras con miles de migrantes por desavenencias y discrepancias en la política exterior", ha replicado el presidente del Gobierno. Ha "rechazado" las declaraciones del ministro de Exteriores marroquí y ha recordado que la relación entre los dos países "se tiene que fundamentar en el respeto y la confianza".
Sánchez ha salido en una rueda de prensa con el primer ministro de Polonia, Mateus Morawiecki, de derecha populista. Justamente el dirigente polaco recibió la semana pasada, en Varsovia, al líder de Vox, Santiago Abascal. Hoy Morawiecki ha trasladado su apoyo al Gobierno en el conflicto migratorio de Ceuta.