Pedro Sánchez manifestaba hace poco más de un mes la necesidad del PSOE de recuperar el control territorial del Estado con el fin de aspirar a mantener la Moncloa en sus manos una legislatura más. "Esta extraordinaria tierra volverá a ser socialista", manifestaba el presidente del Gobierno en la clausura del 41.º congreso federal del PSOE que se celebró en Sevilla. Andalucía, comunidad autónoma más poblada y donde el partido tiene más militantes, fue durante décadas un feudo y una maquinaria electoral de los socialistas. El PP gobierna allí desde hace seis años: la primera legislatura lo hizo en coalición con Ciudadanos y con el apoyo externo de Vox, y ahora hace dos años y medio ganó las elecciones por mayoría absoluta. Dentro de un año y medio, como máximo, se volverán a celebrar elecciones autonómicas. Esta semana, con la decisión de Pedro Sánchez de situar a María Jesús Montero como nueva líder del PSOE andaluz, inicia la estrategia de reconquistar electoralmente España a través de Andalucía. Montero, por su parte, no ha dejado de ser vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda. Y eso significa que tendrá que negociar el nuevo modelo de financiación autonómica mientras pugna con Juanma Moreno por alcanzar el poder en Andalucía.

 

Si Sánchez consiguiera volver a teñir este territorio de rojo e ilusionar a los andaluces nuevamente con el PSOE, podría presumir de ostentar las dos autonomías más pobladas del Estado: Andalucía y Catalunya. La investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat fue de las únicas buenas noticias que recibió Pedro Sánchez este 2024 y el PSC ya fue decisivo en las elecciones generales del 23-J del 2023 para mantener al PSOE en la Moncloa. Aparte de eso, la mayoría de los sondeos —a excepción del CIS— apuntan que el PSOE tendría que abandonar la Presidencia del Gobierno si se volvieran a celebrar unas elecciones autonómicas.

Andalucía, pues, es para Pedro Sánchez una de sus esperanzas para, tal como insiste desde hace meses, agotar la actual legislatura y mantenerse nuevamente en la Moncloa después de unas nuevas elecciones generales en 2027. De hecho, fuentes de la máxima capitanía del PP admiten, en conversación informal con periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados, que son conscientes del desgaste que produce gobernar con mayoría absoluta y que esperan que en aquellas comunidades donde gobiernan de esta manera —es el caso de la andaluza— se desinflen electoralmente. Además, las mismas fuentes señalan el territorio donde creen que más saldrán perjudicados cuando se vuelvan a celebrar elecciones: el País Valencià, a causa de la negligente gestión de la DANA por parte de Carlos Mazón.

Renovación territorial del PSOE

El liderazgo de María Jesús Montero del PSOE andaluz (todavía tiene que ser ratificado por la militancia en su respectivo congreso regional) forma parte de una profunda renovación de los líderes territoriales que tienen que sacar adelante los socialistas en las próximas semanas; sobre todo después de la derrota que sufrió la formación en las elecciones autonómicas del 28-M. Ahora mismo el PSOE solo mantiene vivos los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha (presidida por el díscolo Emiliano García-Page), Cantabria y Navarra. Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, también ha presentado su candidatura para liderar al PSOE de Aragón, después de que Javier Lambán perdiera el trono aragonés en aquella jornada electoral.

Juan Espadas ha cedido el testigo andaluz a María Jesús Montero y ahora habrá que ver a quién le cede Luis Tudanca; el líder del PSOE en Castilla y León también anunció esta misma semana que abandonaba la capitanía regional del partido después de ostentar el liderazgo desde 2014. El PSOE de Madrid también quedó huérfano de líder por la dimisión de Juan Lobato después de recibir presiones por parte de Ferraz: protocolizó ante un notario mensajes de WhatsApp que acreditan que la Moncloa estaba en la cocina de la filtración a los medios de los correos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso en que admitía haber cometido un delito de fraude fiscal. El nuevo líder regional es Óscar López, también ministro de Transformación Digital. La estrategia de Sánchez ha sido habitualmente la misma: enviar a las batallas regionales a ministros que han tenido proyección estatal. 

María Jesús Montero, negociadora de la financiación y al mismo tiempo líder del PSOE andaluz

Ahora habrá que ver cómo condiciona a la reforma del modelo de financiación autonómica el hecho de que María Jesús Montero pueda ser la nueva líder del PSOE andaluz. Porque no ha abandonado sus cargos de vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, de manera que la responsable del ejecutivo de tener que negociar con las comunidades autónomas el nuevo modelo de financiación sería al mismo tiempo la líder del PSOE andaluz.

De momento, la idea de los socialistas es bien conocida: diluir el pacto con Esquerra Republicana de un sistema de financiación singular para Catalunya a un nuevo 'café para todos'. Es decir, convertir el sistema en un modelo de "singularidades" que "concilie la multilateralidad y la bilateralidad, blinde la solidaridad entre territorios y garantice que todas las autonomías reciban más recursos que actualmente".