Los fantasmas resucitados del tamayazo sólo eran parte del relato de la derecha. A la hora de la verdad, no ha faltado ningún diputado. En el primer debate de investidura que gana, Pedro Sánchez ha vuelto a ser escogido presidente del Gobierno. Eso sí, lo ha hecho con mayoría simple, por sólo dos votos de diferencia, y con una alianza que le obligará a negociar durante toda la legislatura. Sin la ayuda del independentismo catalán y vasco, como se ha demostrado este martes, el primer gobierno de coalición progresista desde la Segunda República puede tener una vida muy corta. Ya lo advirtió el republicano Gabriel Rufián: "Si no hay mesa de diálogo, no hay legislatura". Catalunya es el elefante en la habitación, mientras la derecha más extrema agita el discurso de la crispación y la anti-España.
Al final la votación ha salido como se esperaba: 167 contra 165 a favor de Sánchez. En la banda del sí, el PSOE, Unidas Podemos, el PNV, Más País, Compromís, el BNG, Teruel Existe y Nueva Canarias. A estos votos favorables se han sumado las abstenciones de Esquerra y EH Bildu. En contra lo han hecho una amplia amalgama, desde el PP, Ciudadanos y Vox hasta JxCat, la CUP, Navarra Suma, el PRC y la diputada indisciplinada de Coalición Canaria. Ha sido por la mínima, ha sido la investidura con menos votos de la democracia española.
La votación estaba tan ajustada que, esta vez también, los socialistas Adriana Lastra y Rafael Simancas la han seguido con una lista de los 350 diputados y un bolígrafo. Al proclamarse la victoria por la mínima, se ha escuchado un sonoro aplauso y gritos de "sí se puede". Ha habido abrazo sentido entre Sánchez y Iglesias, así como entre futuros compañeros de ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos. A Iglesias, Pablo Echenique y otros dirigentes morados se les veía visiblemente emocionados, con lágrimas en los ojos.
A votación se sometía el primer gobierno de coalición de izquierdas desde los tiempos de la Segunda República. Ha costado sudor, sangre y lágrimas, y la irrupción como tercera fuerza de los postfranquistas, para ver a Pedro Sánchez abrazarse con Pablo Iglesias. Han salvado la bola de partido, y tienen una legislatura por delante para aplicar un antídoto a la extrema derecha. Han prometido una ambiciosa agenda de políticas sociales, la más importante desde la Transición, con una crisis económica que amenaza. Si no sale bien el experimento, entonces será todavía más complicado frenar a los de Santiago Abascal.
También se votaba la resolución del conflicto político catalán, el principal factor de bloqueo de la política española. Con una hemeroteca que se ha tenido que tragar, Pedro Sánchez ha decidido negociar con ERC una mesa de negociación entre Estado y Generalitat, esta vez de verdad, y se ha comprometido a someter lo que salga a votación de la ciudadanía de Catalunya. Los republicanos ya le han advertido que no aceptarán más "estafas", más apoyarés como los de Zapatero. Si no se coge el "conflicto político" por los cuernos, están dispuestos a hacerlo caer.
Un buen termómetro del clima político general ha sido la tribuna de autoridades e invitados. Se podía resumir con las ausencias: el castellanomanchego Emiliano García Page, el aragonés Javier Lambán y el extremeño Guillermo Fernández Vara, los más críticos, no han venido a Madrid. El resto de barones socialistas estaban todos: Miquel Iceta, Ximo Puig, María Chivite, Susana Díaz, Concha Andreu...
Sánchez: "Diálogo dentro de la Constitución"
De momento, Pedro Sánchez ha defendido este martes que el diálogo es "necesario" para resolver el conflicto político catalán, pero que será "siempre dentro de la Constitución". De los diez minutos de su intervención de este martes delante de la cámara baja, a duras penas medio minuto han sido dedicados a la cuestión catalana. "Viviremos un tiempo de diálogo, de un diálogo necesario para superar los contenciosos territoriales", ha defendido el secretario general del PSOE. No obstante, ha aclarado, "lo haremos siempre dentro de la Constitución, velando por la integridad, las diferencias, sobre la base del respeto, trabajando por el bien común".
ERC: "Diálogo requiere empatía"
Este martes, en nombre de ERC, no ha hablado Gabriel Rufián, sino Montse Bassa, hermana de la presa política Dolors Bassa. Ha admitido que "personalmente", en un clima de represión, la gobernabilidad de España "le importa un comino". Incluso ha tildado a los diputados del PSOE de "verdugos". No obstante, ha añadido: "Cuando visito al puto cristal a Dolors, Carme, Oriol o Raül, siempre me sonríen y me recuerdan que nosotros creemos en el diálogo". En este sentido, ha advertido que el diálogo requerirá "empatía", y ha recordado que dan su abstención "desde un gran escepticismo". Pero ha podido la necesidad de "dar una oportunidad al diálogo". Durante su intervención ha tenido que soportar gritos de "golpista" o "viva la policía".
Con el mismo escepticismo o más todavía, Laura Borràs ha constatado nuevamente: "No podemos votar en contra de Catalunya y a favor de la represión". Es por eso que han mantenido el no a Sánchez mientras el aparato del Estado intenta inhabilitar a presidentes de la Generalitat y eurodiputados. Al acabar el parlamento, la portavoz de JxCat se ha acercado al escaño de Pedro Sánchez para hacerle entrega de la resolución del Parlamento Europeo convocando a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Toni Comín para tomar posesión de sus escaños.
El gobierno de coalición, a punto
En estos momentos, la estructura del futuro gobierno de coalición presidido por Sánchez ya está cerrada, aunque no se ha dado a conocer toda. Habrá tres vicepresidencias: Pablo Iglesias tendrá la segunda, que será de Asuntos Sociales, y la tercera, económica, será para Nadia Calviño. La primera la retendría Carmen Calvo. También se conocen los otros ministerios de Podemos: Irene Montero a Igualdad, Alberto Garzón a Consumo, la gallega Yolanda Díaz a Trabajo y el catalán Manuel Castells a Universidades. Se prevé un cambio de portavoz, dejando fuera a la ministra de Educación Isabel Celaá. Quien tiene más números en las quinielas es la ministra de Hacienda, la andaluza María Jesús Montero, uno de los valores en alza del PSOE. Los otros nombres que suenan son Fernando Grande-Marlaska (Interior), José Luis Ábalos (Fomento), Teresa Ribera (Medio Ambiente), Magdalena Valerio (Seguridad Social) y Margarita Robles (Defensa).
En todo caso, la intención de Sánchez es ponerse manos a la obra, que por algo ha forzado un debate de investidura en fin de semana y en medio del Día de Reyes. Los planes de los socialistas pasan por que este mismo martes por la tarde, o como muy tarde miércoles, jure el cargo delante del Rey. Después sería el turno de los ministros, que también tendrán que jurar o prometer el cargo ante el monarca. El viernes se celebraría, como es habitual, el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno.
Extrema derecha a la batuta
Ha sido un debate de investidura más crispado de lo habitual, con una derecha radicalizada, haciendo el discurso de la anti-España y señalando con nombres y apellidos a los diputados, también socialistas, que según ellos han "traicionado España". Sin embargo, no se ha podido llevar a cabo el tamayazo, a pesar de los intentos de Inés Arrimadas desde la tribuna de oradores. Una de las grandes víctimas ha sido el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, que ha recibido miles de correos electrónicos. Ha pasado la noche en un lugar indeterminado por motivos de seguridad.
Ovación a Aina Vidal
Tras anunciar que padecía un cáncer, pero que aún así asistiría a la votación, la diputada de los comunes Aina Vidal ha recibido una fuerte ovación por parte de la gran mayoría de la cámara, que se ha puesto de pie. Al finalizar el pleno, Pablo Iglesias ha subido hasta su escaño con un enorme ramo de flores. No ha podido contener las lágrimas.