Desautorización de Pedro Sánchez a Fernando Grande-Marlaska. El Ministerio del Interior ha tenido que rescindir unilateralmente el contrato de compra de balas a Israel por orden de la Moncloa, según confirman a este periódico fuentes de la presidencia del Gobierno. El jefe del ejecutivo ha tenido que intervenir para salvar la coalición con Sumar, después de que el socio minoritario —sobre todo Izquierda Unida— amenazara este miércoles con abandonar el Consejo de Ministros a causa del contrato con la empresa israelí IMI Systems. "La Junta de inversión de material de doble uso denegará a esta compañía el permiso de importación de este material a nuestro país por razones de interés general y, acto seguido, el Ministerio del Interior rescindirá el contrato", ha comunicado finalmente el Gobierno.

Este jueves, Yolanda Díaz ha valorado en declaraciones a los medios de comunicación que este contrato "no tendría que haber existido nunca porque es una vulneración flagrante del derecho internacional, del comercio internacional y de los acuerdos de gobierno". Una vez solucionada la crisis, las ramas de PSOE y Sumar del Gobierno han emitido un comunicado conjunto en que afianzan su "compromiso con la causa Palestina y la paz en Oriente Medio". "Es por eso que desde octubre del 2023 España ni compra ni vende armamento a empresas israelíes; los procesos de compra que continúan abiertos se iniciaron antes de aquella fecha, y los que sean de armamento no se ejecutarán", sentencia el comunicado.

El miércoles, el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, Enrique Santiago, aseveraba que su formación "estudiaba todos los escenarios" y amenazaba con salir del Gobierno: es decir, que la ministra Sira Rego abandonara sus responsabilidades al frente del departamento de Juventud e Infancia. "Las decisiones unilaterales tomadas por otros son las que provocan determinadas consecuencias graves; decidamos lo que decidamos, la responsabilidad, desgraciadamente, no será nuestra", señalaba en una rueda de prensa en la cámara baja en la que también invitaba a Fernando Grande-Marlaska y a Margarita Robles a dimitir como ministros de Interior y de Defensa. Paralelamente, Antonio Maíllo, líder de IU, manifestaba que esta era la mayor crisis que sufría la coalición desde las elecciones generales del 23-J.

 

La compra de balas por parte de Interior a una empresa israelí

El detonante fue que en plena Semana Santa la Dirección de Asuntos Económicos de la Guardia Civil licitaba la compra de munición a una empresa israelí, aunque hace seis meses el Ministerio del Interior había asegurado que renunciaba a esta compra a causa de la guerra en Gaza. Es decir, Marlaska reculaba y dejaba en papel mojado la decisión de anular un contrato que no es menor: 6,6 millones de euros a cambio de 15,3 millones de balas de calibre 9 mm. Fuentes del Ministerio del Interior justificaban que habían estudiado "todas las posibilidades de anulación" pero que finalmente "atendían la recomendación" de la Abogacía del Estado de sacar adelante el contrato porque anularlo "habría supuesto abonar el precio a la empresa sin recibir el material contratado".

El aumento del gasto militar también fractura al Gobierno

La otra fractura en la coalición emergió este martes, después de que Pedro Sánchez anunciara la inversión de 10.471 millones de euros para llegar a un gasto en Defensa del 2% del PIB en el 2025. Yolanda Díaz planteó una queja formal en el Consejo de Ministros (a través de un documento con observaciones) lamentando que la hoja de ruta presentada por el presidente español "compromete un aumento verdaderamente desorbitado sin haber hecho previamente un trabajo conjunto de análisis de los retos y las amenazas prioritarias y sin que se hayan asentado las bases en la Unión Europea para una adecuada coordinación de sus ejércitos que evite duplicidades y garantice un gasto eficiente". Sumar ve "especialmente preocupante" la tercera partida, que se destinará a la fabricación o compra de nuevos instrumentos de Defensa y disuasión: "No se conoce con la necesaria precisión el destino que se dará a estos gastos", denunciaba el documento. Además, advertía que sería "inadmisible" la compra de cualquier material bélico a Israel.

Sin embargo, Pedro Sánchez intentó rebajar las discrepancias, le quitó importancia y lo enmarcó solo en la línea relativa a la fabricación y adquisición de instrumentos de defensa y disuasión: "Tenemos una discrepancia en este punto, pero hemos gestionado esta discrepancia desde el respeto y desde el diálogo", subrayó. El presidente español insistió en que "existe un consenso entre ambos socios en la mayoría de los puntos del plan" y en "el objetivo fundamental de mejorar la vida de los españoles y proteger su bienestar, sus valores y su modo de vida". "No somos partidos iguales y tenemos nuestras diferencias, pero lo hemos hecho siempre desde el respeto y con consenso en la mayoría de los puntos del plan", añadió. Y concluyó su respuesta afirmando que el gobierno de coalición está "unido detrás de este plan con algunos matices".