Hacía meses que Pedro Sánchez y Pablo Casado no hablaban por teléfono. Ha tenido que explotar una crisis en Ucrania para que esto ocurra. Ha tenido lugar esta mañana, ha durado 25 minutos y sólo se han puesto de acuerdo sobre la posición en este conflicto. Pero no sobre otros asuntos, como la reforma laboral, que será votada por el Congreso la semana que viene. El presidente del Gobierno, que ve lejos a los socios habituales y que tampoco acaba de sumar con la mano tendida por Ciudadanos, le ha reclamado al Partido Popular que se abstenga. Mientras tanto, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz se encuentra de viaje oficial a Barcelona, sin revelar posibles contactos con ERC.

El motivo era Ucrania, y ha sido Pablo Casado quien ha tomado la iniciativa esta vez. El jefe de la oposición ha trasladado su apoyo a las actuaciones de España "dentro de la OTAN y la Unión Europea" y le ha pedido que garantice la unidad a La Moncloa y que rinda cuentas ante los españoles. Por su parte, Pedro Sánchez ha agradecido el apoyo y ha trasladado que ahora es el momento de la "disuasión", la "desescalada" y la "diplomacia". Y se ha mostrado a comparecer en el Congreso "cuando corresponda", pero no ahora. Pero también han hablado de otros temas durante estos 25 minutos.

En rueda de prensa en La Moncloa, acompañado de la primera ministra finlandesa Sanna Martin, Pedro Sánchez ha revelado los detalles. Por una parte, le ha pedido que "cese y rectifique" su posición sobre los fondos europeos, que está llevando a los tribunales por su reparto. Le ha advertido que "está dañando la imagen en Europa del principal partido de la oposición". Pero también han hablado de la reforma laboral. "Si no quieren votar a favor, que al menos facilite su convalidación", les ha reclamado. Que lo hagan por sentido de Estado.

En este sentido, La Moncloa no se mueve de donde estaba: el decreto se tiene que convalidar el 3 de febrero en el Congreso sin ningún cambio en el texto. "El Gobierno está haciendo cosas que otros gobiernos no hicieron", ha asegurado el dirigente socialista, que ha insistido en que no contempla ningún otro escenario que "convalidarlo y con el mayor número de grupos parlamentarios".

 

"Legalidad internacional e integridad territorial"

Buena parte de las preguntas de la rueda de prensa han girado en torno a la crisis de Ucrania. El presidente español ha hablado públicamente por primera vez sobre ello y ha insistido de forma reiterada en el mismo mensaje: lo que está en juego en este país es la "legalidad internacional", la "integridad territorial" y la "soberanía nacional". Estos aspectos están amenazados por Rusia, que Sánchez ha recordado cómo ha desplegado a más de 100.000 soldados en la frontera. "Es el momento de la diplomacia, la distensión y el diálogo", ha defendido. Pero ha advertido a Putin que "si pasa lo que nadie quiere que pase habrá sanciones importantes hacia Rusia".

En los mismos términos se ha pronunciado la primera ministra Sanna Marin, que ha dicho "compartir" la opinión de Sánchez. La dirigente socialdemócrata finlandesa ha trasladado el "apoyo y solidaridad" a Ucrania. Y ha remarcado el mensaje "claro e inequívoco" que envía la Unión Europea: si Rusia tira adelante, "tendrá consecuencias masivas y serias".