A menos de veinticuatro horas de la mesa de diálogo, Pedro Sánchez ha querido enviar un aviso a navegantes: el de la negociación entre el Estado y la Generalitat será un camino muy largo. Por eso, antes de desplazarse este miércoles hasta Barcelona, ha rechazado la fijación de plazos, como los dos años que acordaron ERC y la CUP para la investidura de Pere Aragonès. Mejor no hacerlo "para evitar frustraciones", ha avisado consciente de las enormes diferencias que separan a los dos gobiernos en dos elementos centrales: la amnistía y el referéndum de autodeterminación.
Tal como anunció ayer en una entrevista a TVE, Pedro Sánchez se desplazará hasta Barcelona. Según explican fuentes de La Moncloa, primero se producirá la reunión entre los dos presidentes en el Palau de la Generalitat al mediodía. En segundo lugar, se producirá una declaración institucional, probablemente por separado, y ya por la tarde los dos presidentes abrirán la mesa de negociación con las dos delegaciones para rendir cuentas de la reunión previa. De momento, en la banda catalana sólo está confirmada la presencia de consellers de ERC, después de un duro encontronazo con Junts per Catalunya.
Y en la sesión de control en el Senado, el presidente del Gobierno ha aprovechado para enviar un mensaje a navegantes. En respuesta a la senadora de ERC Mirella Cortès, Pedro Sánchez ha asegurado que "después de lo que ha pasado hoy, tenemos que tener claro que el diálogo será largo". No ha especificado a qué se refería, pero ha defendido que "para evitar frustraciones, no nos pongamos plazos". En este punto, ha hecho referencia a los dos años, periodo fijado entre ERC y la CUP durante la investidura y que tiene que servir para revisar los frutos y la utilidad de la negociación con el Estado: "Lo que ha pasado en diez años no lo resolveremos en dos".
Más allá de esto, el dirigente socialista también ha evidenciado las diferencias con la Generalitat en el punto del referéndum. Ha rechazado que se trate de un consenso de la sociedad catalana: "El 27% del censo el pasado 14 de febrero votó por formaciones independentistas, similar a los no independentistas". El referéndum no sólo se encuentra "fuera de la Constitución", ha insistido, sino que sólo serviría para fracturar a la sociedad catalana. Como en anteriores ocasiones, ha apostado por empezar a hablar sobre aquellos asuntos donde las posiciones están más próximas, como su "agenda para el reencuentro". Y ha interpelado al independentismo: "Si sólo podemos hablar de autodeterminación y amnistía, ¿es negociación o imposición?".
Dicho todo eso, Pedro Sánchez ha asegurado que va a la mesa de diálogo "con la mejor de las actitudes" y que le gustaría que la Generalitat hiciera lo mismo, "propiciando una mesa entre independentistas y no independentistas".
ERC a Sánchez: "La solución es el referéndum"
En su intervención, Mirella Cortès ha replicado al presidente español que "la mesa de negociación es el mecanismo para resolver" el conflicto político en Catalunya y que "sin referéndum no hay solución". En este sentido, ha reclamado a La Moncloa que apueste por "soluciones democráticas". Y les ha devuelto el aviso a navegantes: "Si no son valientes ahora, la derecha acabará por imponer su agenda liberal. Y las izquierdas españolas tendrán que pensar si hicieron todo lo posible".
Cleries denuncia "chantaje"
El portavoz de Junts en la cámara alta, Josep Lluis Cleries, ha tenido pregunta a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, a quien ha reprochado el "chantaje" con la retirada de la inversión para la ampliación de El Prat. El senador lo ha considerado una "deslealtad" que demuestra la concepción que tiene el gobierno español del "diálogo". La ministra catalana ha rebatido que proyectos como este requieren un "consenso y apoyo" que no estaban. "El pacto se ha roto por una pérdida de confianza manifiesta por parte de la Generalitat, que a veces dice que sí y a veces que va a la manifestación", ha replicado. "Siento que hemos perdido una gran oportunidad de contribuir a un futuro mejor para Cataluña y para España", ha concluido.