Este martes hará solo dos semanas que el PSOE tenía, delante suyo, al PP votando a favor de la toma en consideración de la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. La pesadilla se materializaba, y los populares ponían la primera piedra para sacar adelante la reforma de una ley feminista impulsada por los socialistas. Este martes, Pedro Sánchez tiene la oportunidad de convertir aquel momento en una imagen del pasado y utilizar la moción de censura de Vox y Ramón Tamames en un arma para castigar al partido de Alberto Núñez Feijóo y reforzar la coalición con Podemos.
Fuentes de La Moncloa insisten, desde hace días, en que la moción de censura que ha presentado la ultraderecha beneficia a Pedro Sánchez. "Permite contrastar modelos", justifican desde el Gobierno, una manera de entender la moción que da pequeñas pistas sobre cómo afrontará el presidente del Gobierno este debate parlamentario. Servirá, sin duda, para poner el PP en el mismo saco que Vox, sobre todo porque ya hace semanas que los populares aseguran que optarán por la abstención en esta moción de censura; y no por el voto en contra. De todos modos, tanto en las declaraciones a los medios de comunicación como en las conversaciones privadas con periodistas, desde La Moncloa insisten en mantener en secreto la estrategia parlamentaria que seguirá el Gobierno. Ahora bien, las mismas fuentes dejan claro, sin embargo, que Pedro Sánchez no tiene previsto utilizar la moción de censura para hacer ningún tipo de anuncio.
El PSOE ya ha empezado a afilar los cuchillos y hace días que carga de lo lindo contra el PP por su decisión de abstenerse en esta moción de censura. La portavoz del Gobierno, la socialista Isabel Rodríguez, lamentó que a Feijóo "le cueste tanto dar a un 'no' a la moción de censura mientras no tiene problemas en decir "no a los pensionistas". De hecho, la también ministra de Política Territorial afirmó desde la sala de prensa donde se hacen las ruedas posteriores al Consejo de Ministros que los populares se parecen "cada vez más a la extrema derecha".
Además, ya hace días que la moción de censura ha silenciado uno de los temas que más se comentaba a Congrés: el caso de corrupción del 'Tito Berni'. La trama 'Mediador' ha castigado al PSOE, y en La Moncloa lamentan que el PP quiera enredar un caso que salpica a un diputado socialista con la imagen del presidente Pedro Sánchez. Los días previos a la moción, pues, han servido para haber enterrado parcialmente las polémicas relacionadas con este caso de corrupción con pinceladas similares a los escándalos de Luis Roldán.
Por otra parte, la moción de censura servirá para tejer puentes entre los dos socios del gobierno de coalición. Desde Podemos consideran que la moción de censura se convertirá, a efectos prácticos, en un debate "entre Vox y el PP", y la formación aprovechará el debate parlamentario para pedir al presidente español más políticas de izquierdas. Hace falta tener en cuenta, por ejemplo, que la ley de vivienda está guardada en un cajón, pero con bastante expectativa de los grupos parlamentarios aliados en el gobierno para que salga adelante. La portavoz del Gobierno ya reiteró, en este sentido, que la moción servirá para "reafirmar el modelo" que defienden PSOE y Podemos. La ministra socialista añadió, además, que la derecha de PP y Vox representan "la España del pasado de blanco y negro".
El PP, contra Pedro Sánchez
El debate de este martes también servirá para calibrar en qué punto se encuentra la relación entre el Partido Popular (PP) y Vox. Alberto Núñez Feijóo —que no puede intervenir porque no es diputado— se ha inclinado por no asistir al Congreso aunque podría ir como senador. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, tiene el encargo de hacer la réplica que aprovechará, no tanto para confrontar con Tamames, sino para buscar el combate dialéctico con el gobierno de coalición y, en concreto, con Pedro Sánchez. La idea de Génova es sacar a la palestra el revuelo del caso Mediador, el desbarajuste de la reforma del solo sí es sí o la secuela de la ley trans. Sacará toda la munición para cargar contra "el desgobierno" y la "indignidad" de Sánchez.
A pesar de no buscar el cuerpo a cuerpo con Vox, Núñez Feijóo lleva semanas desacreditando la iniciativa de la extrema derecha, que calificó de "show" que solo servirá para "dar una alegría" al presidente español. "No le ofreceremos una victoria parlamentaria", exclamó el líder del PP este lunes después de la reunión del Comité Ejecutivo Nacional. Al gallego tampoco le interesa polemizar con Santiago Abascal porque de aquí poco más de dos meses, habrá elecciones municipales y autonómicas y, en estos comicios, el PP puede necesitar a la ultraderecha para conseguir sumar mayorías para gobernar.
Esta vez el PP apuesta para abstenerse en la votación, a diferencia de lo que pasó en la anterior moción de censura. Entonces, Pablo Casado entró en el choque contra Santiago Abascal. Esa disputa propició una ruptura entre los dos grandes partidos del espectro conservador. La tuvieron que rectificar pocos meses después por la conveniencia de pactar a raíz de las elecciones en Castilla y León.