Ahora sí: Pedro Sánchez ya es presidente en plenas funciones. Su gobierno, sin embargo, tendrá que esperar. Al día siguiente de ser investido por la mínima este martes en el Congreso de los Diputados, el líder socialista ha cumplido con el último formalismo: ha prometido el cargo ante el rey Felipe VI este miércoles por la mañana en el Palacio de la Zarzuela. Es la segunda vez que lo hace, la primera fue después de ganar la moción de censura. Ayer ganó su investidura, convirtiéndose en el presidente que ha recibido menos votos a favor y más en contra de los 40 años de democracia española. Lo será con el primer gobierno de coalición desde la Segunda República, y en manos del independentismo.
El formato de la ceremonia, presidida por el Rey y la cúpula judicial, ha sido el mismo que en su primera toma de posesión. Tampoco ha habido símbolos religiosos, una tradición que inauguró el mismo Sánchez. La fórmula ya está preestablecida; sólo podía escoger si juraba o prometía: "Prometo por mi conciencia y honor cumplir con las obligaciones de presidente del gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros". Aparte del Rey, asistían al acto la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino; las presidentas del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, y los presidentes del CGPJ y el TC, Carlos Lesmes y José González Rivas.
Sánchez ya está en plenitud de funciones. Los ministros, sin embargo, tendrán que esperar a la semana que viene, cuando serán anunciados. Los socialistas tenían prisa y quisieron forzar los tiempos, hasta el punto que convocaron un debate de investidura en fin de semana y con el día de Reyes por medio. Sin embargo, una vez recibida por la mínima la confianza de la cámara, las prisas se han desvanecido. El gobierno de coalición implicará importantes cambios en el Consejo de Ministros, ya que pasará de 16 a una veintena de ministerios.
El gran reto de Pedro Sánchez es conseguir una legislatura estable. El acuerdo de gobierno de coalición suma 155 escaños, lejos de los 176 escaños de la mayoría absoluta. Con el PNV, Más País, el BNG, Compromís, Nueva Canarias y Teruel Existe llega hasta los 167. El concurso de los 13 diputados de ERC seguirá siendo imprescindible. El portavoz republicano, Gabriel Rufián, ya ha avisado de que, si la mesa de negociación entre Estado y Generalitat no cumple, se acaba la estabilidad. La primera gran batalla será la de los presupuestos del Estado. Sin ir más lejos, la vicepresidenta Carmen Calvo ya ha reclamado este miércoles el apoyo a los republicanos.