La víspera del cuarto aniversario del 1 de octubre, Junts, igual que Esquerra, descarta el referéndum inmediato que propone la CUP, que se queda sola en la propuesta de celebrar uno antes del 2025, coincidiendo con esta legislatura.
El secretario de Junts, Jordi Sànchez, explica por qué: "Creemos que no es el momento de poner fecha concreta y menos sin haberla pactado. ¿Un segundo referéndum si no es pactado? ¿Para hacer lo mismo?", ha dicho en declaraciones a Aquí Cuní de Ser Catalunya. Y le recuerda al partido anticapitalista que "la CUP no puede ser el no a todo, como ha hecho con el aeropuerto".
El 1-O
Así pues, Sànchez marca la fecha del 1 de octubre como "un acto fundacional de un momento político" que disfruta "de una vigencia política de primer orden y que sólo podrá ser sustituido con otro referéndum acordado". Y en el mientras tanto que ayer en el Parlament mencionaba todo el mundo, Sànchez está más convencido "de que desde el Gobierno se pueden hacer mejores políticas que en la oposición y avanzar para ganar espacios de independencia".
El periodista Josep Cuní ha avanzado una encuesta que mañana publicará el programa sobre el desgaste que ha provocado un referéndum del cual no se ha acabado ejecutando el resultado. Sànchez razona los motivos de la respuesta y el estado anímico del sector independentista: "Es razonable que la gente asuma como un fracaso el 1 de octubre porque no se ha conseguido el objetivo inmediato, pero ya sabemos que las encuestas las carga el diablo. Lo que tenemos que ver es si el 1 de octubre tiene una fuerza que todavía condiciona a la mayoría del país".
Por eso, considera que hay que mirar adelante: No soy de los que les gusta recrearse sobre tres años y ocho meses de su vida. No quiero olvidar, pero se trata de mirar adelante". Y añade: "No ha habido una pérdida de tiempo. Cuando he salido de la prisión, me he encontrado gente que hizo posible el 1-O desorientada, pero con una voluntad muy viva de que este recorrido lo tenemos que acabar".
El papel del Rey
Por otro lado, carga contra el Estado y sus poderes. Al Rey Felipe VI, que hará coincidir su llegada a Barcelona por el salón Automobile con la celebración del 1-O, le exige que se disculpe por su acción en el 2017: "El Rey no ha tenido un papel neutro ni ha asumido un papel histórico para liderar la resolución de un conflicto y tratar dignamente a la sociedad de este país".
Y respecto al gobierno de Pedro Sánchez, descarta cualquier acercamiento: "En la Moncloa y las instituciones del Estado no hay ningún incentivo para abordar el conflicto. La carpeta catalana está cerrada porque tienen estabilidad en el Congreso y el desbordamiento en las calles de la ciudadanía ha bajado".