Hay cosas que no pueden esperar para La Moncloa y hay otras que sí. En esta última categoría se encuentra la reforma fiscal pactada entre el PSOE y Unidas Podemos en enero del año pasado, para la investidura de Pedro Sánchez. Hoy el presidente del Gobierno ha vuelto a postergar este reajuste impositivo, que quedará excluido del proyecto de presupuestos del Estado para el 2022. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene previsto iniciar los trabajos para las nuevas cuentas públicas en septiembre, después de las vacaciones de verano.

En la breve comparecencia conjunta con el secretario general de la ONU, Pedro Sánchez ha subrayado que su hoja de ruta "es por descontado la consolidación de la recuperación económica". En este sentido, ha justificado que "no abriremos en los presupuestos del 2022 una revisión del modelo fiscal que está pendiente, pero no para el año que viene, porque lo que queremos es precisamente recuperar la economía, salir de esta, superar esta pandemia, y modernizar la economía con los fondos europeos". Y ha sentenciado: "Esta es la ruta que tiene el gobierno de España".

Más allá de esta cuestión, el Gobierno ha celebrado el acuerdo "importante y relevante" para la reforma de las pensiones alcanzado con los agentes sociales. "Es de una enorme trascendencia política y social", se ha felicitado Sánchez. También ha quitado hierro a las palabras del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, sobre la reforma de las pensiones de los baby boomers. Ha asegurado que esto todavía se tiene que definir, que fueron unas "reflexiones en voz alta" y que se le tiene que dejar trabajar.

Por otra parte, en la comparecencia, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha avalado la vía de los indultos a los presos políticos y el diálogo con la Generalitat. Mientras tanto, Pedro Sánchez ha reiterado su negativa a un referéndum de autodeterminación.

Escrivá rectifica

El ministro de Seguridad Social, José Luís Escrivá, hizo saltar las alarmas este jueves cuando, contra todo pronóstico, anunció que la generación del 'baby boom' tendría que trabajar más tiempo si quería mantener sus pensiones tal como estaban previstas; si no, verían ajustados sus ingresos una vez se jubilaran. Veinticuatro horas más tarde, el mismo ministro ha rectificado sus declaraciones alegando que el mecanismo de equidad intergeneracional, lo que reduciría las pensiones de esta generación, todavía no se ha negociado y de hecho, todavía no está ni sobre la mesa. Además, el ministro ha asegurado que fueron "reflexiones en voz alta" y que "no tuvo su mejor día".