Que Pedro Sánchez haya defendido tan encarnizadamente este sábado la amnistía hace pensar de forma clara una cosa: ve encarrilada su investidura. El presidente del Gobierno quería evitar fuera como fuera una repetición electoral en la que, en campaña, el PP y la derecha mediática lo fusilara con declaraciones suyas en favor de perdonar a independentistas. Este optimismo lo afianzan fuentes de su equipo, que señalan que el acuerdo con Junts per Catalunya y Esquerra Republicana puede llegar en cualquier momento y que "vienen curvas", en referencia a los próximos días.
Todas las caras sonreían en la salida de Ferraz este sábado. Ni Emiliano García-Page ni el histórico socialista vasco Odón Elorza se han podido imponer a sus compañeros de partido, y el Comité Federal del PSOE ha aprobado por aclamación la amnistía a cambio de mantener la Moncloa teñida de rojo. El optimismo socialista contrasta, sin embargo, con las exigencias que mantienen Junts y ERC sobre la mesa. El líder de los republicanos ha avisado este sábado, por ejemplo, de que el acuerdo para la investidura de Sánchez será "muy difícil" si no hay un pacto sobre la financiación y sobre Rodalies. El equipo de Sánchez es consciente de ello, y también reconoce que son conocedores de que las demandas del independentismo no acaban en la amnistía. Pero confían encontrarse ya en la recta final de las conversaciones.
Ya hace días que los republicanos multiplican sus mensajes sobre que la negociación con el PSOE no avanza como debería. El malestar de Esquerra con los socialistas no solo ha sido expresado por su presidente, Oriol Junqueras. También Josep Maria Jové, líder de los republicanos en el Parlament, le habría trasladado directamente al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, las malas sensaciones.
Carles Puigdemont, además, fue muy claro al principio de septiembre cuando pidió un acuerdo "histórico" superior a cualquiera conseguido entre Catalunya y España desde 1714, además de un mecanismo de mediación y verificación de los acuerdos. Empieza a ser prácticamente imposible, además, cobrar por adelantado (hay tiempo de presentar una proposición de ley sobre la amnistía, pero es casi imposible tenerlo todo terminado antes de ninguna investidura). Y, además, la oficialización del catalán en la Unión Europea va para largo. El Gobierno aplaza la cuestión y no ha conseguido aún que sus socios continentales den luz verde.
Todo sea dicho: todas estas formaciones, especialmente PSOE y Junts, mantienen un silencio religioso sobre las negociaciones para la investidura. Los socialistas han mantenido un discurso cuidadoso, que ha ido situando la ley de exoneración a independentistas con cuentagotas dentro del imaginario de la ciudadanía española. Poco a poco, no se ha hecho extraño escuchar este sábado a Pedro Sánchez defendiendo a diestro y siniestro la amnistía.
Optimismo en el PSOE para situarse en la recta final de la negociación
Los diferentes dirigentes del PSOE que este sábado mantenían conversaciones informales con los periodistas se pronunciaban de forma muy optimista. Una exministra justificaba que "no se puede trasladar la idea a los ciudadanos de ir a una repetición electoral por tercera vez" y defendía que la medida de gracia está presente "en todas las democracias".
Un barón socialista que perdió la presidencia de su comunidad autónoma el pasado 28-M también argumentaba que "era importante acabar con los eufemismos", y posicionarse ya claramente a favor de la amnistía. Pero era de los pocos miembros del partido que recetaba prudencia: "Con Puigdemont nunca se sabe nada".
El entorno de Emiliano García-Page chinchaba a Pedro Sánchez y aseguraba, en su salida de Ferraz, que "no había encontrado argumentos para cambiar de opinión" después de haber escuchado el discurso de Sánchez. El presidente castellanomanchego ha sido acompañado por Odón Elorza en su rechazo a la amnistía, pero criticado también por sus compañeros de partido a puerta cerrada por haber cargado tan duramente contra esta medida en público, según explican asistentes en este cónclave socialista.
Los argumentos de Pedro Sánchez
Pedro Sánchez ha inaugurado este Comité Federal del PSOE haciendo una defensa de una ley de amnistía para conseguir "el reencuentro total" en Catalunya y superar de esta manera el Procés. "De la necesidad hacemos virtud", ha señalado el líder socialista ante el Comité Federal del PSOE para admitir, también, que si acaba exonerando a independentistas será a causa de la aritmética posterior en las generales del 23-J. Y por la necesidad de conseguir el apoyo de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana a su investidura. "No era el plan para este momento", ha dicho, pero ha asegurado que su intención era "continuar con futuras medidas de gracia" en Catalunya.
"En el nombre de España, por el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía, por los hechos que tuvieron lugar la década pasada", ha exclamado el presidente del Gobierno, en una intervención en la que ha dado por hecha una ley que exonere a independentistas. "Se desprende una razón de oportunidad" de los resultados del 23-J, ha dicho Pedro Sánchez, que ha vuelto a situar los indultos a los presos políticos del 2021 como un conejito de indias que fue exitoso.
Salvador Illa cierra filas con Pedro Sánchez y defiende la amnistía
Fuentes del PSC han explicado, también, que Salvador Illa ha cerrado filas con Pedro Sánchez y ha defendido la necesidad de una ley de amnistía para "recuperar la plena normalidad en Catalunya y España". En su intervención en el Comité Federal del PSOE, ha reivindicado ante la plana mayor socialista que la exoneración de independentistas es plenamente constitucional, y que es "un sí a la convivencia", al "reencuentro" y a la generosidad. Ha aplaudido, pues, el trabajo hecho por Sánchez durante su transcurso por la Moncloa, opinando que su permanencia a la presidencia española es garantía de evitar una "reactivación del Procés" en Catalunya.