El gobierno español ya tiene preparada la reforma educativa que tiene que desmantelar la LOMCE, más conocida como Llei Wert. El objetivo de "españolizar a los niños catalanes", la frase con la que el exministro popular José Ignacio Wert se refirió a la ley, ya es más que historia. La nueva reforma devolverá a la Generalitat las competencias lingüísticas que le había sacado la norma de los populares.
La nueva ley, en caso de que finalmente sea aprobada, permitirá a las comunidades con lenguas cooficiales decidir los criterios para el aprendizaje de los idiomas y eso, incluye la capacidad de regular en qué lengua se pueden matricular los alumnos y en cuál se los evalúa. Así, se recupera la regulación del uso de la lengua oficial y se acaba con la obligatoriedad de dar 6.000 euros para escolarizar a los alumnos en castellano.
La propuesta del Ministerio plantea devolver a una distribución de la decisión del currículum de las materias en la cual el Estado determine el 55% en el caso de las comunidades con lengua cooficial. La LOMCE preveía una regulación estatal más elevada. De esta manera, se volverá a lo que preveían leyes como la LOGSE o la LOE, donde el Estado decidía el 55% del currículum y la Generalitat el 45%.
Con respecto a la lengua, el Ministerio prevé la supresión de la regulación del uso de la lengua cooficial que preveía la LOMCE, incluida la escolarización, dejando esta regulación en manos de las comunidades. La supresión afecta también a la regulación de la exención de cursar o ser evaluado en la lengua cooficial. También se prevé llevar a cabo una regulación de acuerdo con la sentencia del TC que anuló la ayuda de 6.000 euros para la escolarización en castellano que se preveía a la ley Wert.
Elimina las revalidas y la obligatoriedad de la religión
La reforma recupera los puntos principales de la LOE, la ley aprobada el año 2006 por el PSOE, con la incorporación de algunas novedades. Entre ellas: un plan personalizado por repetidoras, elimina las reválidas y acaba con la obligatoriedad de la asignatura de Religión.
Así, la propuesta del gobierno español también se fija el objetivo de evitar la doble vía en el cuarto curso de la ESO, y elimina los ''itinerarios'' que había diseñado el ministro Wert para segregar a los alumnos que continuaran los estudios al FP o a Bachillerato. De esta manera se quiere asegurar que cualquier estudiante que acabe la ESO tenga la misma titulación. En este sentido, después de la entrada en vigor de la LOMCE, la consellera Rigau esquivó incluyendo al currículum de secundaria un refuerzo de matemáticas. Esta titulación única de la ESO se podrá llegar a través del currículum ordinario y de cualquier medida de atención a la diversidad.
El texto que prevé modificar la LOMCE, también incluye establecer un plan de repetición individualizado para los alumnos que necesitan esta medida, a la vez que prevé la necesidad de organizar y adoptar medidas educativas ordinarias previas a la repetición, una decisión que se tiene que tomar de manera colegiada por la junta de evaluación.
La propuesta de Celáa apuesta para eliminar las reválidas a 6º de Primària y a 4t de ESO, actualmente suspendidas a la espera de un pacto de estado para la educación. Estas evaluaciones se convertirán en muestrales y plurianuales, con el fin de conocer el estado del sistema educativo, rendir cuentas por parte de los centros y orientar las medidas de gestión de los centros y las políticas de las administraciones. En Catalunya, estas pruebas ya se llevan a cabo con carácter censal por parte del Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo. En una misma línea, se quiere volver a desvincular las pruebas de acceso en la universidad a la obtención del título de Bachillerato, un aspecto que en Catalunya se ha mantenido.
Tal como se había adelantado, la asignatura de religión perderá su carácter evaluable y será optativa sin la obligación de cursar una materia alternativa para los que no soliciten cursarla. A Bachillerato también se dejará de considerar la religión como una materia específica. En cambio, al segundo o tercero ciclo de Educación primaria, y en 2º o 3º de ESO, los alumnos tendrán que cursar la asignatura de Educación en valores cívicos y éticos.