¿Quién alimenta a la extrema derecha? Depende a quién se pregunte. En plena crisis de precios, sin haber adoptado todavía medidas para paliar los efectos económicos de la guerra, el Congreso de los Diputados se ha convertido este miércoles en un campo de batalla de la izquierda. Ha empezado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que ha reprochado al Gobierno de no tomar medidas útiles para la clase trabajadora y alimentar a Vox. Le ha respondido el presidente Pedro Sánchez: "Su discurso es el que alimenta la ultraderecha". Un Sánchez que, por cierto, ha evitado decir nada sobre su viraje en el Sáhara Occidental. Rufián le ha acusado de "traición en el pueblo saharaui".
El Gobierno ha llegado hoy a la sesión de control en el Congreso de los Diputados después de una buena ronda de reuniones: con otros gobiernos europeos, con las comunidades autónomas, con partidos políticos, con agentes sociales e incluso con los primeros ejecutivos de las grandes empresas eléctricas. Pero también ha llegado sin concretar ninguna de las medidas que piensa aprobar el martes que viene en Consejo de Ministros, a la espera del Consejo Europeo que arranca mañana en Bruselas. Y hoy tampoco ha habido ninguna concreción; sólo un duro debate parlamentario.
Gabriel Rufián ha lanzado una pregunta al aire: "¿No están hartos de decir que viene la ultraderecha, que viene alguien como Abascal que no ha trabajado en su vida, vota contra los intereses de la clase trabajadora y se pasea por manifestaciones de la clase trabajadora?". Y el portavoz de ERC ha hecho un diagnóstico: "Pasa porque a la izquierda no nos entiende nadie, porque hablamos de temas que no interesan a nadie. Lo que interesa es que la luz ha subido un 80% el último año, el butano un 33% y la gasolina un 30%". En este contexto, ha interpelado el conjunto de la izquierda para "dejar de militar exclusivamente en la moral y empezar a militar en la utilidad". Ha planteado tres medidas concretas: topar precios, controlar públicamente las eléctricas e imponer impuestos a los ricos. Lo mismo ha pedido Iñigo Errejón, de Más País.
Una intervención que no ha sentado bien a Pedro Sánchez, que le ha recordado que la sesión de control es a él, no al conjunto de la izquierda. Y le ha replicado al contraataque: "Su discurso es el que alimenta la ultraderecha, porque no reconoce lo que hace este gobierno". El presidente del Gobierno ha recordado como hace meses que han bajado los impuestos a la luz y protegido a 1,2 millones de hogares vulnerables. Y se ha mostrado convencido de que llegarán a un acuerdo con el sector de los transportistas. El dirigente socialista ha insistido una semana más en que "el alza la ha provocado Putin" y ha deseado contar con el apoyo de ERC para el plan de respuesta a las consecuencias de la guerra.
En medio de este enfrentamiento, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha aprovechado su turno para poner el dedo en la llaga: "Escuchen al señor Rufián cuando les dice que la izquierda ha abandonado por completo a los trabajadores. De la misma manera que él ha abandonado por completo su ideología independentista. Escúchenlo antes de que sea despedido por absentismo ideológico". La también dirigente ultra Macarena Olona ha añadido: "Ustedes han perdido la calle".
La "traición" al Sáhara
Otra cuestión que han reprochado varias formaciones, desde el PP hasta ERC, ha sido el viraje del Gobierno en el Sáhara Occidental, enterrando el derecho a la autodeterminación que recogía el programa electoral del PSOE. Lo ha hecho Gabriel Rufián, que ha lanzado: "Señorías del PSOE, la calima todavía dura en Madrid. Cuando la vean, recuerden la traición al pueblo saharaui". Pero el presidente Pedro Sánchez ha esquivado la cuestión y no ha dicho nada. Se ha remitido a la comparecencia que hará la semana que viene al Congreso, donde esta cuestión quedará diluida con el Consejo Europeo y la cumbre de la OTAN. Hoy Sánchez se desplazará hasta Ceuta y Melilla tras el acuerdo con Marruecos.
Choque con el PP
Una sesión de control más, Pedro Sánchez se las ha tenido con el PP. La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha acusado al presidente español de "no hacer nada" para resolver los problemas de los españoles, que "ya no confían en usted". El presidente del Gobierno ha ironizado que hace dos años la "única gran solución" era Pablo Casado, que se han deshecho de él y que ahora "la única gran solución" es Alberto Núñez Feijóo.