Los presidentes Quim Torra y Pedro Sánchez se han reunido finalmente esta noche en el Palau de Pedralbes, primero solos y después acompañados de dos miembros de los respectivos gabinetes. Los dos gobiernos no han conseguido consensuar si el encuentro era una cumbre o una reunión de presidentes, pero sí han acordado una declaración conjunta en que expresan la coincidencia en relación a "la existencia de un conflicto sobre el futuro de Catalunya" y la necesidad de diálogo para superarlo.

Mantienen "diferencias notables sobre el origen, naturaleza y vías de solución" pero comparten "por encima de todo" la necesidad de garantizar "diálogo efectivo" para hacer posible una propuesta política, según el texto que se ha encargado de leer a la consellera de Presidencia, Elsa Artadi. Por esta razón, según el comunicado se subraya que los dos gobiernos defienden seguir potenciando espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática en el "marco de la seguridad jurídica".

El gobierno español habría querido incorporar al texto una referencia a la Constitución pero finalmente se ha sustituido por la apelación a la seguridad jurídica. Ha sido la ministra Meritxell Batet quien ha subrayado en su comparecencia posterior que este acuerdo tiene que avanzar dentro del marco del Estatuto y la Constitución, con la voluntad de ofrecer "respuestas a los problemas reales de la sociedad catalana".

De hecho, al ser interrogada sobre el referéndum de autodeterminación que reclama el independentismo y que Artadi ha asegurado que se había vuelto a reclamar, Batet ha asegurado que ni se ha hablado y que, de hecho, no se resolvería el debate con una pregunta binaria. "La posición sobre el referéndum, obviamente, no ha cambiado", ha asegurado.

Los dos gobiernos se han emplazado a una nueva reunión el mes de enero en que por parte catalana acudiría el vicepresident, Pere Aragonès, y la consellera Elsa Artadi, y por parte española, la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el ministro que designe al presidente Sánchez. No se ha concretado si la cita será en Barcelona o en Madrid.

Tanto el gobierno catalán como el español han mostrado signos evidentes de apostar por una distensión de la presión política a las puertas de la reunión del Consejo de Ministros de este viernes en Barcelona. Con todo, las distancias entre las posiciones de unos y otros continúan en dimensiones cósmicas.

La ministra Batet ha subrayado los resultados conseguido con los encuentros que han mantenido los dos gobiernos los últimos seis meses. Por el contrario, Artadi ha destacado el resultado nulo de estos contactos que, según ella, "no dan respuesta a las aspiraciones de Catalunya". El artículo 155 no ha aparecido en la conversación, según Batet, mientras que Artadi ha asegurado que tampoco ha aparecido el debate sobre los presupuestos.

La conclusión es que, aparte del comunicado no ha habido más acuerdo entre los dos gobiernos. Ni tan sólo sobre la naturaleza del encuentro. Según la Moncloa, ha sido una reunión de presidentes -con encuentros paralelos de dos ministros y consellers- y, según el Govern, era una cumbre con miembros de los respectivos gabinetes.

El tira y afloja para etiquetar la modalidad de la cita se ha arrastrado hasta el momento mismo de la reunión, cuando los responsable de prensa de uno y otro ejecutivo insistían en la sala repleta de medios en explicar las respectivas versiones. Incluso la ponsetia amarilla que adornaba la sala donde se ha celebrado al reunión de los dos presidentes ha provocado una intervención de la Moncloa que se ha apresurado a añadir un tiesto con flores rojas.

El presidente español ha llegado con 14 minutos de retraso sobre el horario previsto. Torra hacía media hora que lo esperaba, acompañado del vicepresident Pere Aragonès y la consellera Elsa Artadi. Torra ha salido a recibirlos a la puerta del Palau de Pedralbes y han entrado. La vicepresidenta Calvo y la ministra Batet todavía han tardado cinco minutos más a llegar.

Inmediatamente ha empezado la reunión de los dos presidentes, mientras que los dos vicepresidentes, la ministra y la consellera se reunían en torno a una mesa, "en paralelo", como había anunciado la Moncloa. Finalmente, se ha hecho el encuentro conjunto, aunque desde la Moncloa se ha subrayado que la fotografía se haría de pie para dejar claro que no había habido una reunión de trabajo. Y así se ha hecho.